lunes, 12 de febrero de 2024

Ni contra el penúltimo puede el Barça

 

Ni de local, ni jugando contra el penúltimo de LaLiga, ni nada de nada. Sin fútbol, sin garra, sin ilusión, … sin nada a qué aferrarse. Esto es lo que nos ofrece el actual FC Barcelona. Un equipo ramplón, sin alma, con estrellas que no brillan y con un central de improvisado medio centro. Y puede que ahí radique la diatriba, que hay mucha improvisación en el club azulgrana. Lo que comentaba Xavi del equipo en construcción, uno piensa que no llega ni a eso, porque el Camp Nou sí está en construcción, se vislumbra, se palpa, pero el equipo, lo que es el equipo en sí, ni se palpa ni se vislumbra.




Contra el Granada, el penúltimo de la tabla, que apenas sí ha ganado un par de partidos, parecía que enfrente tenían al Chelsea, ni ideas para desarbolar la defensa, ni rapidez para descomponer el 5-4-1 del rival. Aún con el desbarajuste mayúsculo se adelantó el Barça con un gol de Lamine Yamal en el minuto 14. El jovencísimo extremo parece el único enchufado de todo el grupo. Pero ni encarrilando el partido saben los catalanes ejercer el control sobre el mismo. Así llegarían hasta tres goles de los granadinos, y eso a pesar de la vuelta a la portería de Ter Stegen. El primero significó el empate al borde del descanso, obra de Ricard. De esos mazazos psicológicos a los que este Barcelona no está preparado para afrontar.

Tras la reanudación los locales siguieron aturdidos. Y con tanto lesionado tampoco es que se pueda encontrar el revulsivo idóneo para revertir situaciones delicadas. A la hora de juego marcó Pellistri, el Barça respondió a los tres minutos con tanto de Lewandowski, pero hizo lo propio Miquel para los andaluces. Este Barcelona se desangra en la defensa. Es frágil como un cristal. Sacó la garra Lamine, robó un balón al acabado Callejón en la misma frontal del área y soltó un zurdazo raso y ajustado al poste. Era el definitivo 3-3 que daba más alegría al Granada que al Barça. Lógico.

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