domingo, 12 de diciembre de 2021

Otro final cruel… esta vez en Pamplona

 

Empató el FC Barcelona en El Sadar (2-2) con otro crueldad por parte del destino, otro gol en los minutos postreros dejó a los de Xavi con un punto amargo, que sabe a derrota y a hiel. Un eléctrico Osasuna en conexión con su afición supo rentabilizar la pipiolez de este Barça timorato y descontrolado, para salvar un punto en su estadio. Este imberbe conjunto azulgrana a veces también es descarado, de hecho dos arrebatos de los chavales sirvieron para adelantarse en el marcador por dos veces, con tantos de Nico y de Abde, pero se pagó caro en los últimos lances del duelo cuando empataron los locales, con guión idéntico al acaecido en Vigo, donde también se dejaron dos puntos.




El comienzo ya pintaba mal. Ver de entrada en un once inicial a Luuk de Jong chirría más que toparse con un pulpo en un garaje. Con todos los delanteros tocados, incluido Memphis Depay, que era el único que se mantenía en pie, Xavi tuvo, indefectiblemente y con harto dolor en el corazón, que sacar al torpón neerlandés. Y como todos preveíamos… no dio ni una a derechas. Lo hizo mucho mejor el “9” rojillo Kike García, que al menos, bajaba el esférico cuando le buscaban en largo o protegía la pelota con el cuerpo y con criterio. Se adelantó el Barça, aprovechando la conexión canterana: Gavi-Nico. Gavi asistió en largo y Nico la recogió para batir a Herrera. No tardó ni dos minutos el equipo de Arrasate en igualar la contienda, una falta botada desde el lateral la cabeceó David García al fondo de las mallas. El mejor cabeceador del rival, remató solo. Un despropósito.

Tras la reanudación el Barcelona volvió a percutir la meta osasunista. Una jugada por el extremo derecho de un flojito Dembélé, la empaló Abde por toda la escuadra. Jagoba movió el banquillo, pues sus chavales ya acusaban el cansancio de tanta presión y desgaste, y se notó. Hubo más pujanza local y acercamientos a la meta de Ter Stegen. Como Dembélé y Gavi no finiquitaron el duelo, el Chimmy Avila aprovechó un rechace en la frontal, para conseguir, tras desviar Umtiti, el definitivo 2-2 e instaurar el desasosiego en Can Barça. Una vez más. Y el Barcelona sigue sin despertar.

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