IDA Y VUELTA

Dos eventos destacados protagonizaron la actualidad del FC Barcelona el pasado domingo, la ida de la Supercopa de España y la vuelta de Cesc Fàbregas al equipo azulgrana. Esta se dio al fin tras tres periodos estivales, tras arduas negociaciones con el Arsenal y tras soltar la friolera de 40 millones de euros.

Sobre el partido que enfrentó a Madrid y Barça por el primer título oficial de la temporada, nos dejó tres aspectos que todos conocíamos de antemano, que los merengues están bastante por encima de los culés en lo que a preparación física se refiere, que tienen un equipazo muy sólido con grandes jugadores, y que para no variar, cuando se enfrentan a los de Guardiola, siguen siendo el mismo conjunto sucio y rastrero, con el sello que les imprime su barriobajero entrenador, Jose Mourinho.

Las malas artes de Pepe y Khedira quedaron volvieron a quedar de manifiesto, con dos patadones a Alves y a Abidal, respectivamente, que a diferencia de lo acontecido la temporada pasada en la sobredosis de clásicos, esta vez quedaron impunes, para sorpresa de los amantes del buen fútbol y del juego limpio. El Madrid del clan de los portugueses sigue manchando este bello deporte, una y otra vez, con la aquiescencia de su directiva y con el beneplácito de sus seguidores. Luego se extrañan cuando se quedan en inferioridad numérica, cuando lo realmente raro es que acaben los partidos con once efectivos sobre el campo.

En lo que al juego se refiere, los blancos fueron superiores claramente. Aprovechando su mejor preparación física, barrieron al Barça en los primeros veinte minutos con una presión asfixiante y con varias ocasiones de gol, una de las cuales la culminó Özil a pase de Benzema para adelantar a los suyos. El Bernabéu rugía, vislumbrando una goleada que sentenciase la Supercopa. Pero fue el mejor equipo de la historia el que, aprovechando dos zarpazos de sus estrellas, se adelantaba en el marcador antes del descanso. Un golazo de Villa de espectacular disparo desde fuera del área, que se coló por la escuadra de Casillas y un tanto de pillo de un Messi hasta entonces desaparecido, ponían en ventaja a los visitantes.

En la reanudación, el actual campeón de Liga y Champions salió mandando en la medular con un Keita portentoso, ejerciendo de mediocentro con solvencia y un Thiago con ganas de agradar. Un barullo en el área barcelonista, lo aprovechaba Xabi Alonso para batir a un Valdés tapado por una nube de piernas. Pese al empuje final de los de casa y al continuo baile de cambios en ambas escuadras, el marcador ya no se movería. Las espadas quedan en todo lo alto para el partido de vuelta en el Camp Nou.