Marchando una de clásicos

Ya tenemos dos clásicos más para la colección. El FC Barcelona cumplió con el trámite del Reyno de Navarra, se impuso al Osasuna por 2-1. El choque no pasará a la historia, salvo por el empuje de los rojillos en la primera mitad, y por la desgracia de Fontàs, que se rompió el ligamento de la rodilla derecha. Una fatalidad más. También Pedro acabó tocado, se le vio llevándose la mano a la parte trasera del muslo. Pésimo negocio el que hizo el Barça.

En la reanudación los culés remontaron el gol de Lekic, que había adelantado a los locales en el primer acto. A los dos minutos un centro medido de Adriano desde la izquierda lo cabeceaba Alexis al fondo de las mallas. Guardiola incompresiblemente dio entrada a Messi, para disputar la media hora final, nada más salir recibió la tarascada del armario francés Loe. No tiene explicación posible que jugase el triple Balón de Oro, fue una temeridad. Para colmo, unos cuantos desagradecidos abuchearon al argentino. Infelices. Les regalan la presencia del mejor jugador del mundo, y lo pagan así. Fue algo insólito. Y todo porque se sobrepuso a una gripe y les marcó dos goles en el partido de ida.

Como ya se sabe que un poco de Leo es mucho, el rosarino metió una velocidad más al ralentizado juego azulgrana, hasta entonces más espeso que la propia niebla que sobrevolaba la capital pamplonesa, y sentenció la eliminatoria, dando una asistencia de oro a Sergi Roberto, que este cruzó ante la salida de Riesgo. El duelo no dio para más, el Barça avanza ronda y se cita con el Madrid en cuartos. Habemus clásicos.