No
se cumplió lo que anunciaba el cartel del partido (Las palmas Barça). Perdón
por el chascarrillo pésimo. No la palmó el FC Barcelona, pero ofreció
una imagen paupérrima en la Isla de Gran Canaria. La Unión Deportiva Las Palmas
le plantó cara al actual campeón liguero, y probablemente mereció algo más que
una derrota en los minutos postreros. Solo un penalti anotado por Gündogan en
el último minuto logró maquillar un nuevo partido deplorable de los jugadores
de Xavi.
Sufrir
es el verbo que más conjugan los azulgranas en los últimos dos meses, y el año
nuevo 2024 no ha deparado cambio alguno. Ni tan siquiera la motivación del
escudo, ni la de saltar al césped sabiéndose a 10 puntos de los líderes y fuera
de los puestos Champions. Nada, ningún condicionante motivó lo
suficiente a los visitantes, que se vieron superados en el minuto 12 con un
tanto de un ex, Munir, tras asistencia de otro ex, Sandro. El
Barcelona no reaccionó, y no supo cómo superar la defensa adelantadísima que
planteó García Pimienta, otro ex. Los inapelables pases al espacio no
encontraban al extremo, ni al delantero, y el Barça se fue al vestuario con desventaja
en el electrónico.
A
la vuelta el decorado no cambió en exceso. Si los “pío pío” ya tenían en mente defenderse
como gato panza arriba desde el inicio, con el 1-0 ya ni hablamos. Tampoco es
que el rival atacase como un poseso. Solo Ferrán encontró el fondo de la
red, fue en un balón perdido en el área, que supuso el empate tras el primer
tiro entre los palos del Barça. Y era el minuto 55, se dice pronto. Los
canariones acusaron el golpe y el cansancio, y ya no defendían con la solidez precedente,
además sufrían el acoso, ahora sí, de su oponente. Recularon, sin más. El punto
no le valía a los de Xavi, así que hizo debutar a Vitor Roque, que no
mostró nada. Cuando casi se celebraba el empate en el Estadio de Gran Canaria,
llegó el penalti de Sinkgraven sobre Gündogan, que el propio
alemán se encargó de transformar. Y con ello el aferrarse al clavo ardiendo de LaLiga.
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