El
mítico jugador de fútbol Andrés Iniesta se despidió este
mediodía, entre lágrimas, del club que se lo ha dado todo como
futbolista y como persona. Durante 22 años estuvo en la casa
azulgrana, dándolo y recibiéndolo todo en La Masía y en el
FC Barcelona. El club que le vio crecer y le hizo crecer en
todos los sentidos.
El
manchego, al que todavía restan cuatro partidos con el Barça, ya se
ha hecho un hueco en el corazón y en la historia blaugrana. “Me
gustaría ser recordado como un gran futbolista y como una gran
persona”, comentó el mediocampista en la rueda de prensa de su
adiós. Ambas peticiones se dan por hechas, posiblemente es el mejor
futbolista español de todos los tiempos y como persona no hay más
que ver cómo se le despedía cada vez que era sustituido por los
estadios de España y de Europa.
Nos
deja Don Andrés, la magia del fútbol, el guardián del estilo. Tras
una trayectoria de 16 años, inmaculada como jugador, plagada de
títulos y de éxitos se nos va a punto de cumplir 34 años, siendo
reconocido por su clase y su personalidad. Se marcha siendo un ídolo
para los culés, por goles como el de Stamford Bridge que a la
postre valió ua Champions, y un héroe para los españoles
por anotar el gol que daba la Copa del Mundo en Sudáfrica.
Se
va uno de los más grandes, se va el de Fuentealbilla por la puerta
grande, con 32 títulos en el Barça, rubricado con un doblete de
Liga y Copa en su última temporada, y como él mismo afirma: “Si
hubiese imaginado acabar aquí, la forma hubiera sido esta.
Sintiéndome útil, importante, titular, con opción de ganar títulos
y con las sensaciones positivas que he tenido durante este año”.
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