“Cerocerismo”
nos deparó el clásico más esperado de los últimos tiempos. El
partido disputado en el Camp Nou, postergado por temas
políticos, bajo enormes medidas de seguridad por las amenazas
independentistas, dejó más sombras que luces y un encuentro sin
goles, resultado que no se daba desde 2002, cuando volvió el traidor
de Figo al Estadi. El FC Barcelona jugó uno de los
peores partidos que se le recuerdan contra el eterno rival. Se dejó
acogotar por la presión alta del Madrid y no se encontró
cómodo en ningún tramo del duelo. Zidane le ganó el duelo
de banquillos a Valverde, imponiendo su medular y creando
muchos problemas a la salida del balón de los locales.
El
Barça no tuvo continuidad en su pobre juego, muy espeso en el toque
y demasiado errático en la circulación, sucumbiendo así ante la
adelantada presión del conjunto capitalino. La medular azulgrana
hizo aguas. Rakitic, De Jong y Sergi Roberto no la
olieron ante la irrupción de Casemiro y
Valverde. Hasta Kroos e
Isco, otrora denostados, parecerían recuperar vestigios de su
mejor fútbol. Solo una pega, les faltaba verticalidad y punto de
mira afinado, sus disparos desde la frontal no hacían daño a Ter
Stegen y podrían haber jugado 180 minutos y no hubieran marcado
al arco iris. Messi y
Jordi Alba también estuvieron a punto de inaugurar el
electrónico, pero tampoco tenían el día. No te cuento el de Suárez
y Griezmann,
ambos fallaron todo lo que tocaron y no parecieron jugadores susceptibles de militar en el FC
Barcelona. Solo el omnipresente Piqué se salvó de la quema.
Tras
la reanudación no se modificó el decorado, más empuje del Barça,
más toque del Madrid, a estos se les apagaban las luces cuando
llegaban al área contraria y a los barcelonistas le costaba salir de
la cueva.El
reparto de puntos sentó mejor a los barcelonistas, pues visto lo
visto en el desarrollo del juego, los blancos merecieron mejor
suerte. El equipo merengue sale reforzado de su visita a Barcelona,
pues a pesar de no lograr la victoria fueron superiores en este
partido. Los culés mantienen el liderato y eso es lo único positivo
que pueden sacar, eso y que toca mucha autocrítica, empezando por
Valverde, que sigue sin ser un entrenador para un club como el Barça,
y que lo está llevando a unas cotas indignas del estilo marcado por
el mítico Johan Cruyff.
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