El
Internalizonale de Milán quedó fuera la Champions League para esta
temporada. Fue eliminado de la máxima competición por un FC
Barcelona plagado que se presentó en el Giuseppe Meazza con un
conjunto de circunstancias plagado de suplentes y canteranos, que por
cierto dieron la puntilla a los de Comte, puesto que los dos goles
fueron anotados por Carles Pérez y por la estrella emergente Ansu
Fati. El 1-2 del marcador final quizá no refleje la realidad de lo
vivido en el encuentro, puesto que los locales tuvieron numerosas
ocasiones de gol de la mano de Lautaro Martínez y de Lukaku, pero
unas veces Neto y otras la zaga culé desesperaron a los neroazurri.
Funcionó
el plan B diseñado por Valverde, que dispuso tres centrales,
flanqueados por Junior y Wagué, que jugaron prácticamente de
mediocampistas. De Jong por delante de ellos comandaba las
operaciones, y Aleñá, Rakitic y Vidal aprobaban con nota su
novedosa aparición en la medular. Messi se quedó en la Ciudad
Condal y su sustituto fue Griezmann, mientras Carles Pérez iba casi
de delantero centro. Fue él quien aprovechó una triangulación para
inaugurar el marcador. Igualó la contienda Lukaku, tras pelea por la
posición entre Todibo y Lautaro, que este cedió al belga para
empatar al filo del descanso.
Tras
la reanudación el Barça siguió tocándola y el Inter gozó de las
mejores oportunidades para adelantarse. Lautaro insistía, pero tenía
el pundo de mira desajustado. Al final entraron Luis Suárez y la estrella emergente Ansu Fati,
para meter más madera al ataque azulgrana. El canterano de diecisiete años
fusiló desde la frontal a Handanovic para ser el más joven en
marcar en Champions, y para dejar silenciada a los tiffossi y para
traer la victoria y los tres puntos para Barcelona. Reafirmando, así, el liderato del grupo y poniendo en valor a los que no juegan habitualmente, que dieron un golpe sobre la mesa en uno de los grandes templos del fútbol europeo.
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