El
FC Barcelona empató a cero en su visita a El Alcoraz.
Es lo que buscaba, con la mente puesta en el Manchester United,
y lo encontró. Valverde debió de echar sus cuentas para la
obtención del título liguero y el resultado le dio que con un punto
bastaba, puesto que en el peor escenario posible el Atlético se
podría situar a 9 puntos más el average a favor de los
culés. En resumen que se firmaban tablas contra el Huesca y
si se conseguía la victoria, miel sobre hojuelas.
Ante
este escenario el conjunto catalán saltó al césped con Ter
Stegen y diez suplentes, algunos de ellos del Barça B, y otros
como Todibo debutando con el primer equipo. Algunos como Riqui
Puig y el propio Todibo dejaron buenas sensaciones. No así otros
como Boateng, que no dio una a derechas, desaprovechando su
última oportunidad antes de retornar al Sassuolo en un par de meses.
Tampoco Aleñá supo llevar el agua a su molino, el canterano
se marcó un partido canalla, conduciendo más de la cuenta y
perdiendo demasiados balones.
Los
oscenses no inquietaron al guardameta azulgrana, que vivió el duelo
como un espectador privilegiado. Sí lo hicieron los delanteros
culés, pero el portero Santamaría estuvo acertado en un mano
a mano con Dembelé y tuvo la fortuna de cara cuando Malcom
estrelló un disparo en el poste. Con todo el Huesca, que era el que
más se jugaba, no hizo demasiado contra un rival plagado de novatos.
Se enfrentaban líder contra colista y el empate contentó más a los
culés que al último de la clasificación.
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