Decía
Rakitic en la previa de los octavos de final de la Champions
del Chelsea-FC Barcelona que “le daba miedo que Iniesta se
marchase del Barça”, y no vamos a ser nosotros los que pequemos de
valientes, porque también nos da miedo, pero mucho miedo que Don
Andrés Iniesta se vaya. Se acabaría de un plumazo toda esa
magia y ese aura celestial que rodea al fútbol cuando el manchego
está en el campo. Este Barça, fagocitado por el estilo intrínseco y lleno de glamour de Iniesta y Xavi, subsistirá en un panorama sobrecogedor,
crujirán los cimientos del Camp Nou y las tinieblas planearán
sine die sobre el universo azulgrana.
En
Stamford Bridge, como ya hiciera en 2009 con
aquel tanto memorable, Iniesta volvió a salvar a los suyos, con un
robo y asistencia magistral a Messi, para que el Barcelona no
naufragara en Londres. Los “blues” habían planteado, una vez
más, un partido tedioso con once jugadores colgados del larguero y
sin ningún delantero centro al uso. Casi les funcionó el plan a
Conte y compañía, ya que a pesar de perder la posesión
contra su rival por goleada, lograron crear un peligro ofensivo que
el Barça no tuvo ni por asomo.
Willian
estrelló dos veces el balón en el poste con dos tiros secos desde
la frontal que convirtieron a Ter Stegen en estatua de mármol.
A la tercera fue la vencida, el extremo brasileño volvió a soltar
otro zapatazo, que esta vez si subió al marcador, tras colarse entre
una nube de piernas que no permitieron ver la pelota al meta alemán.
Corría el minuto 62 y las cosas se pusieron muy feas para los de
Valverde, un 1-0 con el autobús colocado bajo el larguero en
el Estadi no era el escenario soñado por el Txingurri para la vuelta. Pero el argumentario perfecto de los londinenses se vino abajo cuando
Christensen cometió un falló de juvenil cruzando el balón
de banda a banda en las proximidades del área, Iniesta no lo
desaprovechó, olió la sangre y se lanzó a cortar el envío, lo
logró y asistió a Messi para que el número uno del mundo marcase y
diese vida a un Barça, que ahora sí, se jugará el pase en casa
pero con más holgura.
"El que juega mejor este juego es Iniesta: sabe exactamente cuándo avanzar y cuándo retirarse. Elige el momento adecuado para hacer todo: cuándo driblear, cuándo acelerar y cuándo reducir la velocidad. Y creo que eso es lo único que no se puede enseñar o comprar. Puedes aprender cómo disparar y cómo controlar el balón, pero estar al tanto de todo lo que está sucediendo en el terreno de juego es algo con lo que naces o tu no eres."
ResponderEliminar