El
FC Barcelona consiguió una trabajada victoria, mínima, pero
victoria, ante el Valencia CF (1-0) en la ida de semifinales
de la Copa del Rey. Lo que le hará viajar a la ciudad del Turia con
una ventaja doble: una por el triunfo y otra por el no encajar goles.
Si bien tendrá que afrontar el choque como si de una auténtica fina
se tratase porque los chés en Mestalla son mucha tela que
cortar.
Valverde
dispuso un once titular dada la relevancia del envite, mientras
que Marcelino hizo lo propio con las limitaciones propias de las
bajas con las que arribó a la Ciudad Condal. Los locales buscaron
con más ahínco la portería contraria, mientras que los
valencianistas porfiaban por el empate sin goles, esperando los 90
minutos de la vuelta. Lo esperado, eso y el monólogo azulgrana en
juego y posesión de esférico. Los goles no llegaban y el Estadi
se exasperaba, mientras en las filas rivales la inoperancia de Vietto
y Rodrigo
tranquilizaba a los culés.
La
asfixia provocada por el Barça amainó en la reanudación. Los
visitantes comenzaron a tocar y salir de la guarida. El rigor táctico
se disipó un tanto y las ocasiones llegaron, con cuentagotas pero
llegaron. En una de ellas Messi templó con tacto un centro a
la testa de Luis Suárez para inaugurar el electrónico. Fue
entonces cuando los blancos dudaron entre buscar el empate y no
desproteger la retaguardia. Parece que optaron más por lo último y
el pase a la final se decidirá en Valencia.
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