También sabe ganar el FC Barcelona sin el mejor jugador del
planeta. Lo hizo en Los Cármenes, por 1-4, sin Lionel Messi. Y además con un fútbol bastante digno, a pesar de André Gomes, que salió en el once
titular para desesperación de la parroquia culé. Claro que la decena restante
de azulgranas sí que dio el do de pecho y materializó un buen partido en Granada.
El Barça se encomendó a Neymar para obtener un triunfo vital de
cara a sus aspiraciones ligueras, pero fue Luis
Suárez, ante la discreción del brasileño, el que abanderó el triunfo de los
de Luis Enrique. El killer uruguayo inauguró el marcador con
una bella vaselina al filo del descanso y dio la asistencia a Alcácer en el segundo, cuando los
problemas crecían para los catalanes tras el empate de Boga tras la reanudación.
No fue un triunfo brillante, pero sí trascendente para no perder de vista al
líder de la competición.
En la primera mitad faltó pegada, hubo
control y buen ritmo de partido, pero los blaugranas se toparon con el mejor Ochoa de la temporada. El portero
mexicano ofreció su mejor versión y detuvo las ofensivas de los puntas del
Barça. Y eso que sus defensas hicieron aguas todo el duelo, en especial en los córner,
donde estuvieron a punto de convertir a Mathieu
en el goleador de la jornada.
Con el 1-2 los andaluces buscaron la
igualada o los tres puntos que les sacasen de la zona de descenso, pero si
están ahí no es por casualidad, los desajustes defensivos, su desorganización
en la medular y su poco acierto en ataque, favorecieron la llegada de la
sentencia, el tercero obra de Rakitic,
finiquitaba el encuentro. Y todavía faltaba el cuarto, logrado por Neymar a
pase de Alcácer, era tanto que le hacía centenario en Can Barça, y el que firmaba una cómoda victoria.
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