El FC Barcelona derrotó al Espanyol
en el derbi de la Ciudad Condal, saliendo vivo de la última emboscada
periquita. Los blanquiazules se volvieron a dejar la piel y lo que no es la
piel en el RCDE Stadium para intentar
fastidiar la liga al eterno rival, pero no fue suficiente en esta ocasión. Y
eso que su mal entendida intensidad sí que comprometió al conjunto de Luis
Enrique, pero un par de fallos garrafales de los locales facilitó y puso en
bandeja el triunfo al equipo culé.
Fue Luis Suárez el que desatascó el duelo para los azulgranas, primero
aprovechando el error monumental de Jurado, que cedió un balón desde el medio
campo hacia su portería que se convirtió en un centro medido al delantero
uruguayo. Corría la segunda mitad, y en este periodo también Rakitic la cruzaba
ante Diego López para encarrilar la victoria, la cual certificaría Suárez de
nuevo en otro error de los de Quique Sánchez, que volvió a dejarle solo ante el
portero.
El encuentro no desentonó de los
últimos disputados entre estos dos equipos, el Espanyol se mostró intenso y
agresivo desde el minuto uno. Mientras el Barça capeaba el temporal y poco a
poco iba haciéndose con las riendas del derbi. La primera mitad fue un querer y
no poder de los pericos, y una pasividad relativa de los barcelonistas. Eso
devengó cero tiros a puerta entre ambos contendientes.
Tras la reanudación y la cantada de
Jurado el partido se abrió, el rigor táctico se redujo y Messi y Neymar empezaban
a encontrar los espacios. El rosarino se la puso a Rakitic para que este
tumbase la resistencia rival. Suárez, que no mojaba desde hacía varias
jornadas, volvió a poner en lo más alto a los suyos a falta de tres jornadas
para la conclusión del campeonato, si bien el Madrid sigue con un partido
menos, y la empresa sigue estando complicada.