El FC Barcelona disputó en la
tarde del domingo un partido espeso, rayando en lo soporífero. Tampoco el
Getafe ayudó a la brillantez del duelo con su juego trabado y su entramado
defensivo. Lo mejor para los culés fue ese triunfo por la mínima (1-0), que
mantiene al Barça en lo más alto de la tabla. El Camp Nou también pudo celebrar,
en los prolegómenos, el partido 700 de Sergio Busquets, un clásico en
azul y grana, que ya entra en el pódium de los que más encuentros han jugado,
junto con Messi y Xavi. El propio Busi brindó la efeméride
antes de comenzar el duelo y al finalizar el mismo, dado que se llevó el premio
al MVP del partido.
En lo meramente futbolístico poca chicha
que llevarse a la boca. Parece claro y fehaciente que hay un Barça con Lewandowsky
y otro sin él. Por mucho que parezca una perogrullada, lo cierto es que el delantero
polaco es un jugador diferencial, y su posición está muy huérfana cuando el no
está sobre el césped. Ansu Fati sigue tratando de reverdecer viejos
laureles y Ferrán Torres ni está ni se le espera. Esperemos que este
Barça no tenga que acordarse de los regalos que ha hecho esta temporada: el de Aubameyang
al Chelsea, y más recientemente Memphis Depay al Atlético.
Pedri fue el encargado de salvar un mal
partido de los de Xavi, con una llegada al área de delantero centro, en la cual
aprovechó un centro mortífero de Raphinha para empujar el esférico al
fondo de las mallas de Soria. Era el primer tanto local y poco más hizo
el conjunto catalán. Tampoco es que los de Quique Sánchez les exigiesen
demasiado, alguna que otra contra, pero no se puede decir que Ter Stegen
tuviese que emplearse a fondo. Así fueron transcurriendo los minutos, sin pena
ni gloria ni para unos ni para otros, solo que al final al Barcelona le llegó
la angustia de acercarse a los minutos postreros con tan exigua ventaja en el
electrónico. Pero los azulones se tuvieron que marchar del Estadi con la
derrota, dejando al líder con tres puntos más para la buchaca.
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