Tiene que haber una estadística por ahí
que diga claramente que al FC Barcelona no le va en absoluto jugar partidos
a las 16:15 ó similar. Le pasa en demasiadas ocasiones al club catalán que se le
atraganta el horario de la siesta, y obviamente sestea. Si a eso le unimos el
frío que hacía en Montilivi, más las últimas actuaciones grises de los
de Xavi, pues da como resultado un encuentro soporífero y tedioso contra
el Girona, en el que lo único digno de rescatar fueron los tres puntos de
la victoria, que aúpan aún más al Barça al liderato.
Ya la tarde se torció cuando Dembélé,
el jugador más en forma de los culés, sintió un pinchazo en un sprint y se
llevó la mano al cuádriceps. Saltaron las alarmas y al rato saltó Pedri a
calentar. Antes de la desafortunada lesión del extremo galo el Barça ya no estaba
jugando a nada, y prosiguió haciendo lo mismo hasta que el árbitro envió a los
jugadores a vestuarios. Y es que sin Lewandowski los azulgranas no son
lo mismo, y no te cuento sin el traspasado Depay y con el inoperante Ferrán
Torres. Jugó Ansu Fati en la posición del killer polaco y la
cosa no pintó bien para el canterano, que prácticamente no entró en juego.
Tras la reanudación Xavi debió leer la
cartilla a los suyos, pues se vieron otros aires, otros ímpetus, otras ganas de
ir a por el partido. Así a la hora de juego una combinación entre dos suplentes
en el día de ayer devengó el primer y único tanto del duelo. Jordi Alba
alcanzó la línea de fondo y sirvió un pase de la muerte a Pedri, que solo tuvo
que empujarla. Era la recompensa a un cuarto de hora de un Barça activo y
proponiendo fútbol. A partir de ahí los jugadores visitantes se volvieron más
conservadores, dieron un paso atrás, y su entrenador dio dos pasos más atrás,
dejando al equipo sin delanteros, lo nunca visto en el Barça, tras las
sustituciones de Ansu y Raphinha, los más adelantados eran Pedri, Gavi
y De Jong. Esta acumulación de seis mediocampistas fue una propuesta grosera,
ya que los locales dominaron el choque y dispusieron de varias ocasiones para
lograr la igualada. Ahí se hizo grande Ter Stegen, salvando a los suyos
con sus paradas y llevando los tres puntos para Barcelona.