El
FC Barcelona venció por 1-0 al Valladolid en el Camp
Nou, retomando así la senda de la victoria tras dos empates
consecutivos. El triunfo por la mínima cabe calificarlo de justo,
puesto que los blanquivioletas no habrían marcado un gol al arco
iris ni aún jugando 180 minutos, y los locales tuvieron la pólvora excesivamente mojada.
También
el karma o la justicia romántica premiaron al Barça con los tres
puntos. ya que ningún culé olvida lo sinvergüenzas que fueron los
vallisoletanos en la primera jornada de liga, cuando pusieron el
césped del Nuevo Zorrilla dos días antes y aquello fue un patatal,
impropio de un terreno de juego de Primera División, pero les
interesaba porque venía el equipo que mejor la toca, a buen seguro
habrían actuado con más categoría, y de forma menos impresentable, si el visitante hubiese sido el
Huesca o el Rayo.
Dicho
lo cual los de Valverde no cuajaron un buen partido, más bien
fue pobre y gris. No pareció que se enfrentaban el líder y un
conjunto que pelea por no descender. El ritmo de los azulgranas no
fue el idóneo. Le puede bastar para ganar al Valladolid, pero no
para hacer lo propio con el Lyon en Champions. La ausencia de
Arthur se hace notar más de lo deseado y tampoco ayudó la
inclusión de un Boateng que no tiene pinta de encajar en la
filosofía barcelonista.
Messi
estuvo demasiado displicente, perdiendo más balones de lo
acostumbrado y errando goles cantados, inclusive falló un penalti en
la segunda mitad. Menos mal que para entonces ya había anotado el
gol, que a la postre valdría tres puntos, de penalti cometido sobre
Piqué. No se supo atacar el entramado de cinco defensas
pucelanos, y en el medio Anuar maniató a Leo con un marcaje
impecable, pero lo importante era la victoria y se consiguió, ahora
falta mejorar en juego y en definición si se quiere seguir optando a todos los títulos.
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