Empate
a uno en el Camp Nou en la ida de semifinales de la Copa entre
un emergente Madrid y un
FC Barcelona venido a menos. Los merengues supieron sacar
tajada de una salida fulgurante en la que fueron superiores a los
locales, aprovecharon la ausencia de Messi de inicio, y
lograron materializar su gol, ese que todos los equipos buscan en
campo contrario por su valor doble. Solari ha conseguido
revertir la situación de los suyos, y en nada se pareció este
equipo al que recibió una manita del propio Barça en la primera vuelta de la Liga.
A
los 6 minutos los madrileños ya ganaban 0-1 con tanto de Vázquez
y seguían buscando el segundo. El Barça se movía entre la
imprecisión y la indefinición ante la ausencia de su líder. Tuvo
que ser Malcom el que tirara del carro. Sí, Malcom han leído
bien. Ese brasileño que parecía un caso “Douglas 2”, sin
categoría suficiente para jugar en el Barcelona, con más
intenciones que buenas maneras, fue el más destacado de los suyos y
el que arrancó los vítores del Estadi. Ante la displicencia
de su compatriota, Coutinho, fue el que volvió loca a la zaga
blanca.
Los
blaugranas se fueron al descanso con la desventaja en el marcador, y
algo les debió leer la cartilla Valverde puesto que saltaron
al césped con las pilas puestas. Sometiendo al eterno rival y
generando las mejores ocasiones del duelo. A la hora de juego llegó
la igualada, un tiro al poste de Suárez lo recogió Malcom,
quién si no, para equilibrar la contienda de un disparo ajustado al
palo, que Sergio Ramos dejó pasar creyendo que iba fuera. A
los 5 minutos entró Messi, pero se le veía tocado y reservón, de
hecho tampoco se vio mejora sustancial en el devenir del choque, si acaso el encuentro se
durmió y transitó sin sobresaltos hasta el que el árbitro pitó
el final y todo quedó pendiente para la vuelta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario