“Cerocerismo”
en el electrónico Parc Olympique
Lyonnais. No pudo el FC
Barcelona perforar la portería
del Lyon.
Y ya empieza a ser preocupante esta falta de acierto de cara a
portería, un gol en los tres últimos partidos y encima de penalti
no es el bagaje idóneo para un equipo del potencial del barcelonista, que
en teoría aspira a todo.
Hasta
veinticinco veces remataron los azulgranas a la meta defendida por
Lopes.
Lo preocupante es que es ahora en los meses de febrero y marzo cuando
se decide todo el percal. Especial hincapié hay que hacer sobre la
nefasta actuación de Luis
Suárez, que empezó la
temporada en un estado lamentable, que fue mejorando paulatinamente,
pero que llegado este momento está canalla. No da una a derechas, no
remata con precisión, la mayoría de los pases que da son erráticos,
cuando tiene el esférico da la impresión de no saber que hacer con
él, y parece que está tan gafado que siempre elige la peor opción
posible.
Valverde
no es que estuviera especialmente valiente con las sustituciones.
Optó por el cambio fácil, quitó a Dembélé,
que por lo menos lo estaba intentando y ponía desborde sobre el
césped, y mantuvo al uruguayo que siguió con su rosario de
despropósitos. Tampoco hay que
cagar todo lo negativo sobre “el pistolero”,
Messi no es el mismo desde la
lesión que se produjo contra el Valencia. Su rendimiento, bien por
dosificarse, bien por precaución, ha bajado de manera notable.
El
Lyon es un conjunto netamente ofensivo y se va arriba con alegría, y
eso que le faltaba su estrella Fekir.
A pesar de eso lo intentó y puso en apuros en un par de ocasiones a
Ter Stegen,
luego se les acabó el fuelle y el Barça fue dominador absoluto,
solo que no tuvo premio a tanto sometimiento e insistencia.
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