Carísima
le salió la victoria al FC Barcelona frente
al Sevilla (4-2), pues quedó
empañada por la grave lesión de Leo
Messi, que le tendrá apartado de los terrenos de juego al menos tres
semanas. Fue el megacrack argentino,
precisamente, el que antes de romperse el radio había dejado encarrilado el
duelo contra el líder. El rosarino había asistido magistralmente a Coutinho para el primer tanto y había
dado uno de sus típicos pases a la red en el segundo. Todo ello en el primer
cuarto de hora del encuentro, justo antes de la entrada del “Mudo” Vázquez.
A
partir de ahí el partido cambió por completo, los andaluces se crecieron y el
Barça se apocó tras la ausencia de su líder. Los intentos de los de Machín se estrellaron muchas veces
contra las estelares intervenciones de Ter
Stegen y otras contra la inoperancia de los delanteros sevillistas. Así los
locales lograron salvar el 2-0 hasta el descanso.
Tras
la reanudación prosiguió el mismo guion, con un Sevilla empujando y un Ter
Stegen inmenso bajo palos. Luis Suárez dio
un respiro a la atosigada zaga culé, provocando un penalti y transformando el
3-0, que parecía el de la tranquilidad, pero no lo fue. Lenglet, especialista en desviar balones, hizo lo propio con el
disparo de Sarabia. Tampoco el zambombazo cruzado de Rakitic que batió a Waclik trajo
la calma, pues a poco del final Muriel
acortaba distancias. Pero el marcador ya no se movería.
Con
este triunfo los de Valverde
recuperan el liderato a la espera del enésimo partido del siglo del próximo
domingo, un tanto deslucido por la lesión del mejor jugador de la historia.
Habrá que ver como sus compañeros se manejan sin él ante el eterno rival y ante
dos partidos contra el Inter de Milán.
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