El
FC Barcelona sudó tinta en el
Camp Nou para derrotar a un
aguerrido Alavés
por 2-1, con remontada incluida. El debut en Liga del flamante
fichaje culé, Coutinho,
no resultó como se esperaba, Valverde
lo tiró a la derecha, en plan
extremo, y el brasileño, que constantemente caía al centro, patinó
en todos los aspectos, hasta lo hizo literalmente, golpeándose el
trasero en el cemento del Estadi.
No
les fue mejor a los laterales que escogió el Txingurri
para el duelo: Semedo y
Digne naufragaron en sus
respectivos carriles. En el minuto 50, cuando el Barça ya perdía
con el tanto de churro marcado por Guidetti
en la primera mitad, ambos
fueron sustituidos por Sergi
Roberto y
Jordi Alba.
El conjunto azulgrana lo agradeció. La inoperancia de aquellos fue
cambiada por la verticalidad de estos.
Si
bien no fueron este par el que cambio el devenir del resultado, el
electrónico reflejaba un 0-1 a
falta de 18 minutos, y ahí surgieron la pareja de la noche y de
siempre: Messi
y Suárez.
El uruguayo culminó un jugadón por la izquierda de Iniesta, que
llegó hasta la línea de cal y se la puso a Luisito para la
igualada. Para entonces los locales ya estaban en modo acoso y
derribo. Y para poner la rúbrica el mejor futbolista de todos los
tiempos la clavó de falta directa. Messi lo volvió a hacer, la
ajustó a la escuadra de Pacheco,
que ya había parado lo suyo, para dejar los tres puntos en casa y
confirmar otra exhibición en su partido 200 en el Camp
Nou.