Puedes tener la mejor delantera del
mundo, de hecho el FC Barcelona la
tiene con Messi, Suárez y Neymar, pero si la línea de medios no
funciona, no es susceptible de surtir balones a los atacantes, el colapso es
total. Puedes enmascararlo si juegas contra equipos de nivel medio de la liga
española, pero esas situaciones en Europa, y contra uno de los grandes transatlánticos
del continente, con esa debilidad en la medular se paga, y caro. En este caso
con un 4-0 ante el PSG en el Parque
de los Príncipes. Y no es que los mediocampistas azulgranas sean malos, pero si
llegas a un choque de envergadura con dos buenísimos, pero que salen de sus
respectivas lesiones, Iniesta y Busquets, y un tercero, que no tiene nivel
Barça, caso de André Gomes, la empresa se complica sobremanera, y más aún
cuando los tres que tienes enfrente están como motos, robando y distribuyendo
pelotas por doquier, como así hicieron Verrati,
Rabiot y Matuidi, dando una
exhibición en esta zona del campo.
Este partido de ida de octavos de la Champions pintó mal desde el comienzo,
el equipo catalán salió
aturdido y perdió más balones que los que llevaba en toda la temporada. Los de Emery presionaron con eficacia y tenacidad, ni se notó la ausencia de su
defensa estrella Thiago Silva, porque el Barça no inquietaba la meta francesa.
Por el contrario los locales amenazaban el marco de Ter Stegen con un brillante Draxler y el ya mencionado Matuidi.
Era cuestión de tiempo la llegada del gol, apareció en una falta lanzada por Di María, que sin ser de los mejores acabaría firmando un doblete.
Draxler también se sumó a la fiesta en una nuevo robo de balón.
El 2-0 con el que se llegó al descanso era el mal menor, pues la segunda mitad transcurrió por los mismos derroteros. Solo Neymar se mostró incisivo durante los 90 minutos, del resto no hubo muchas noticias. El tercer tanto, obra del "fideo" ponía la situación en defcon 2. Mientras el conjunto de Luis Enrique mostraba sus debilidades y despropósitos, la introducción de Rafinha fue uno más de ellos. El 4-0 marcado por Cavani, tras una arrancada del lateral derecho desde su posición, evidenció que no era el mejor día para dejar de esnifar pegamento. Justo el mismo día que las casas de apuestas daban al Barcelona como máximo favorito para ganar esta Champions, el equipo culé se borró de la misma, quedando prácticamente eliminado.
El 2-0 con el que se llegó al descanso era el mal menor, pues la segunda mitad transcurrió por los mismos derroteros. Solo Neymar se mostró incisivo durante los 90 minutos, del resto no hubo muchas noticias. El tercer tanto, obra del "fideo" ponía la situación en defcon 2. Mientras el conjunto de Luis Enrique mostraba sus debilidades y despropósitos, la introducción de Rafinha fue uno más de ellos. El 4-0 marcado por Cavani, tras una arrancada del lateral derecho desde su posición, evidenció que no era el mejor día para dejar de esnifar pegamento. Justo el mismo día que las casas de apuestas daban al Barcelona como máximo favorito para ganar esta Champions, el equipo culé se borró de la misma, quedando prácticamente eliminado.
Debacle total
ResponderEliminarQUÉ LÁSTIMA, CUANDO PARECÍA Q MESSI SE IBA A COMER EL MUNDO.
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