Un set en blanco le endosó el FC
Barcelona al Alavés en su propio feudo de Mendizorroza. Un festín en toda regla
que se pegaron los azulgranas en lo que será la final de Copa del Rey de este
año. Luis Suárez, pichichi de la competición, inauguró el marcador y lo cerró,
poniendo a los suyos líderes momentáneos de esta Liga.
Con esta media docena de chicharros
aún se entiende menos la derrota culé en el Camp Nou ante los vitorianos. Tres
puntos perdidos de mala manera, con Messi y Suárez en el banquillo, que pueden
ser vitales en la lucha por este trofeo de la regularidad.
El equipo de Pelegrino no fue rival
para los catalanes, que dominaron el duelo de cabo a rabo, encerrando a los
locales en su área y dejando que cayesen los goles como fruta madura. El
partido quedó medio sentenciado antes del descanso, cuando al filo del mismo
Suárez y Neymar marcaban dos tantos con sabor a victoria.
Tras la reanudación el equipo de Luis
Enrique siguió enchufado y con cuatro goles en 8 minutos desarboló a su rival.
Messi, Alexis, en propia meta, Rakitic y Luis Suárez redondeaban la faena de
aliño de un gran Barça, que parece que empieza a entonarse con la vuelta de
Busquets y de Iniesta. Falta hacía, el próximo martes vuelve las eliminatorias
de Champions, y el PSG de Emery no se parecerá en nada a los vitorianos.
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