Leo Messi emergió en el minuto 87,
cuando el empate parecía inevitable, casi firmado por ambos rivales, para
mantener al FC Barcelona más vivo que nunca en la pelea por la
Liga, y de paso golpear fuerte al Atlético de Madrid (1-2),
que hizo un gran esfuerzo en el primer periodo e igualó el tanto con el que Rafinha había
abierto el marcador en el segundo. Sigue el
Cholo sin ganar al
Barcelona en Liga, la gran cuenta pendiente que le queda, amén de una Champions. El Barça sale reforzado del
Calderón con una victoria que vale mucho.
El partido dependió en su inicio de la altura de la presión del
Atlético. Si el equipo de Simeone esperaba, el conjunto catalán encadenaba
algunos pases, aunque intrascendentes. Pero el Atlético se dio cuenta pronto de
que si subía su presión, el
Barça sufría horrores.
Hoy por hoy no existe un mecanismo para la salida de balón azulgrana. Y si lo
hay, se lo sabe todo el mundo.
Y eso que
esta vez Luis Enrique modificó su sistema. Con balón, el
Barcelona parecía dibujar un 3-4-3, con Sergi Roberto ayudando a Busquets e Iniesta. Pero
ni por esas. El Atlético robaba mucho y muy arriba. El peligro rondaba de forma
permanente la portería de Ter Stegen. Carrasco y Godín estuvieron a punto de cazar dos
pelotas sueltas, Umtiti desvió un remate de Griezmann dentro del área, el propio meta alemán
voló para repeler un derechazo del '7' del Atlético... El duelo tenía claro
color rojiblanco. Todas las segundas jugadas eran del Atlético, y eso es lo que
suele definir el dominio de un partido.
El Barça, pese a todo, tiene mejores jugadores que el Atlético,
y en dos zarpazos metió miedo al Calderón. La primera vez que superó con
claridad la presión rojiblanca, la jugada terminó con un gol de Luis
Suárez bien
anulado. Conectó Iniesta con la MSN y el disparo de Messi lo
repelió Oblak. En el
rechace, el delantero uruguayo cometió mano y falta sobre el portero del
Atlético, uno de los protagonistas del partido por su regreso dos meses y dio
después de caer lesionado.
Pese a que la primera mitad había dejado más sensación de
dominio del Atlético, lo cierto es que al descanso fue tan protagonista Oblak
como Ter Stegen. Los dos porteros se ganaron, y bien, su sueldo. El meta local
metió una mano magnífica en una falta lanzada por Messi y detuvo, sin dar
opción a rechace alguno, un cabezazo a bocajarro de Piqué en un saque de esquina. El portero
visitante, por su parte, aportó toda la seguridad que no aportaba su equipo.
Adivinó un pase de la muerte de Griezmann que el Calderón ya cantaba como gol,
con Koke esperando para empujar el balón. Se
jugaba, en fin, más a lo que quería el Atlético, pero los dos terminaron igual
de asustados.
El segundo acto se inició con otros dos sustos, uno en cada
área. Luis Suárez tuvo la mejor para su equipo en un mano a mano que resolvió
muy mal. La respuesta no tuvo que esperar ni tres minutos. Griezmann se topó
con el excelente Ter Stegen, que aguantó estupendamente. Hacia la hora de
partido, el esfuerzo físico empezó a pasar factura al Atlético, y el Barcelona
vivió sus mejores minutos. En una jugada embarullada, las que dominan como
nadie Luis Suárez y su trasero,
el Barça se adelantó. Rafinha fue más listo que nadie en el rechace
que generó el delantero uruguayo y cruzó un balón suelto ante Oblak.
Pero no es sencillo dejar en la lona al Atlético. El equipo de
Simeone es experto en levantarse. Movió el Cholo de inmediato el banquillo,
dando carrete a Torres, y
encontró su gol en una jugada a balón parado, lo que tantos éxitos dio al
Atlético en tiempos no tan lejanos. Godín se adelantó a Busquets y Piqué para
rozar el centro cerrado de Koke. Ter Stegen, hasta entonces impecable, pudo
quizá hacer más, aunque el balón no era nada sencillo.
El partido se encaminaba hacia el empate, con el Atlético
definitivamente guardando la ropa. El Barça buscó el 1-2, aunque sin demasiada
ambición. Pero tiene futbolistas de tal categoría que sacan un gol de cualquier
jugada. Umtiti recogió un balón en el área y tuvo serenidad para jugar con
Suárez, que puso el pase de la muerte. Apareció Messi para el remate. Savic
salvó el primero, pero nadie pudo detener el segundo remate de la Pulga, en las
narices de Oblak. No fue un encuentro deslumbrante del argentino, pero aún así
dejó dos o tres acciones de valor gol. En una de ellas dio tres puntos de oro
al Barça, que continúa su persecución. Todavía hizo falta una última acción
salvadora de Piqué, que tuvo mucho trabajo y lo solventó de manera notable.
Pero el botín, oro puro, ya lo tenía en la saca el Barça.