Fatal Messi en Ipurúa. Jamás puse una mala nota al mejor jugador de la
historia durante los 8 años de esta bitácora. Hoy sí: pésimo Leo, pésimo porque
al final del partido intercambió la camiseta con el carnicero Gonzalo Escalante, un tipo miserable,
tirando a muy miserable, que cazó a Busquets
nada más comenzar el duelo. Una plancha con todos los tacos al tobillo del
pobre Busi, que ya no pudo sino salir
en camilla. El cobarde mediocampista, medio-hombre, del equipo armero no vio ni
la amarilla por una salvaje entrada susceptible de tarjeta roja-rojísima. Muy
mal Messi.
En lo futbolístico el FC Barcelona retomó sensaciones ante un
buen Eibar, y Leo volvió a ser el
monstruo que nos tiene acostumbrados. Perdimos la cuenta de cuántos pases
imposibles de gol dio el rosarino, que no solo se conformó con eso sino que
además marcó el segundo tanto, el que sentenciaba el choque, lo anotó de toque sutil,
tras centro medido de Luis Suárez. Cosas
del karma, a los locales les salió rana la lesión de Busquets, pues su sustituto,
Denis Suárez, batió a Joel desde la
frontal de tiro cruzado ajustado al palo en el minuto 31. Así se llegó al
descanso.
Tras la reanudación llegó la goleada,
que pudo haber sido mucho mayor de ese 0-4 si Neymar y Luis Suárez hubiesen aprovechado todas las nítidas ocasiones
que tuvieron. Tras el gol de Messi, llegaría el tercero, obra del delantero
uruguayo, que peleó un balón con su par, se lo ganó y se fue solo a la meta
local para sentenciar definitivamente el choque. Quería seguir siendo pichichi,
junto con Messi, y siguió erre que erre hasta que lo consiguió. El último gol
lo anotó Neymar, tras cabalgada de Vidal por la banda. Alcácer la dejó pasar
-lo mejor que hizo- y el brasileño ya no perdonó más. Tres puntos vitales para
seguir la persecución al Madrid y al Sevilla; una actuación imponente de Ter Stegen, que lo paró todo; y la
sensación de que si Neymar se enchufa definitivamente esto puede acabar muy
bien.
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