El Barça saca petróleo del Ciutat de Valencia

Se decía del gran Johan Cruyff que tenía una flor en el culo, mucha culpa de ello la tenían las ligas que ganó en Tenerife en el último suspiro, pero hoy Luis Enrique también ha contado con un poco de esa flor que tenía "el Flaco". Además fue con el culo como se adelantó el FC Barcelona al Levante, con el culo de David Navarro que desvió al fondo de las mallas un centro de Jordi Alba desde la izquierda. Luego el Barça no hizo nada más en todo el duelo, jugó al tran trán, no dominó el tempo del partido, no vio puerta y disputó en el Ciutat de Valencia uno de los encuentros más grises de la presente temporada.

Cierto es que no se habían cumplido cinco minutos cuando Messi rompió el fuera de juego y batió a Mariño, pero un asistente mal situado lo anuló erróneamente. No parecía que el Barça saliese decidido a por el partido, pero si en alguna fase del encuentro estuvo algo incisivo fue en el primer cuarto de hora. Así en el 21 llegó el autogol de los granotas que relajó aún más a su rival. El Barcelona no se pareció en nada al espectacular equipo que metió 7 al Valencia hace tres días. La displicencia fue la nota dominante del juego barcelonista, nadie podía diferenciar al líder del colista. El Levante se lo iba creyendo y a la contra conseguía meter miedo. Un disparo al palo de Morales les reafirmaba en su buen quehacer y el descanso era bien recibido por los visitantes.

Tras la reanudación siguió la misma tónica, el equipo de Rubi jugando de tú a tú, y el Barça jugando con fuego. Dani Alves estaba de carnaval por su banda y Sergi Roberto, con un partido correcto, trataba de hacer de Busquets pero no lo conseguía. El de Badia, único ausente del once de gala, entró en el 68, muchos nos preguntábamos para que lo estaba reservando Lucho, ¿para defender el 7-0 en Mestalla? Se intuía sufrimiento hasta el final, puesto que no cerraban el partido y dos puntos podían volar en cualquier descuido, pero muchas veces las ligas se ganan así, sufriendo. Acabó en el tiempo añadido, cuando Leo asistió a Luis Suárez para que el pichichi sentenciase.