El Barça desencadena la tormenta perfecta (7-0)

Cuando el mejor jugador del planeta marca un hat-trick y no es el máximo goleador del partido porque su compañero en ataque ha anotado un póker, podría parecer que algo espectacular ha pasado en ese partido, más aún si hablamos de una semifinal de Copa del Rey, si el adversario es todo un Valencia CF, y si el resultado es un 7-0 a favor del FC Barcelona, pero es que espectacular se queda corto para definir lo acontecido esta noche en el Camp Nou, fue algo sublime, un juego coral rayando en la perfección que extasió a todo culé y maravilló a cualquier amante del fútbol.

El Barça desarboló al conjunto ché durante todo el choque, no le dejó oler la pelota durante 90 minutos, lo masacró con un partidazo y una goleada de escándalo, pero es que además lo hizo con un fútbol de salón, repleto de taconazos, caños, sombreros, paredes y todas las combinaciones artísticas que uno pueda imaginar.

Abrió la cuenta Luis Suárez con un disparo cruzado tras asistencia de Neymar. Prosiguió el uruguayo tras pase de la muerte de Aleix Vidal, culminando una jugada trenzada de las muchas y variopintas que dibujaron los azulgranas. El tercero saldría de las botas de Messi, que recibió en el área y tuvo tiempo de tirar al portero y marcar. El rosarino envió al larguero un medido centro de Suárez y en el 45 provocó un penalti que cometió Mustafi, valiéndole la roja. Neymar lo mandó al poste y así se llegó al descanso.

Los de Luis Enrique siguieron en modo apisonadora tras la reanudación, Busquets siguió mandando en la medular, Arda Turan defendiendo como un titán y el tridente destrozando la endeble defensa valenciana. Messi metió el cuarto y el quinto contando con su incomparable calidad y con la displicencia del rival. El Camp Nou disfrutaba como nunca en esta temporada (el 0-4 al Madrid fue en el Bernabéu) y Gary Neville, que no se entera de la misa la media, quiso animar el cotarro poniendo en cancha a Cherysev, el chaval cedido por el Madrid que echó a su equipo de esta Copa por alineación indebida. El Estadi estalló en cánticos y alborozo.

Con la manita en el saco parecía que los catalanes se relajarían, y una marcha si bajaron, pero no lo hizo tanto Suárez, el depredador charrúa todavía marcaría el sexto de un perfecto testarazo y el séptimo de un tiro ajustado al palo. Faltó el tanto de Neymar, que fue buscado por sus compañeros para conseguirlo, pero no llegó y en el fondo tampoco era tan necesario, el 7-0 deja sentenciada la eliminatoria y al Barça acariciando la final.