Ni chuminadas, ni desplantes. Competir, competir y competir

El FC Barcelona es el único equipo de la Liga BBVA que aspira a ganar los tres títulos, el anhelado triplete. Un objetivo harto complicado y que es susceptible de maridaje y concordia, no solo entre los compañeros, sino de todos los componentes del plantel y de los estamentos del club. Es por ello que desplantes al técnico como el que el otro día realizó Neymar tras ser sustituido están fuera de lugar. Muy, muy fuera.

El delantero de la canarinha va camino de completar dos temporadas en el Barça y aún tiene mucho que aplicarse y más aún por demostrar. Tiene que exhibir más argumentos futbolísticos y dejar de protestas insustanciales que no hacen otra cosa que perjudicar a un colectivo. Un grupo, el azulgrana, que se ha de hacer más fuerte y compenetrado que nunca si quiere conseguir los objetivos marcados.

Quizás a otro deportista de su juventud, acaba de cumplir 23 años, se le pudiese dar de paso esa falta de respeto por su inexperiencia o su "pipiolismo", pero es que el señor Neymar es un crack de talla mundial que lidera a la selección brasileña, a la pentacampeona del mundo, y por ello no se le pueden consentir esas salidas de pata de banco. Lo deseable sería que se dedicara en cuerpo y alma a entrenar, jugar, competir y ser ese factor diferencial que le hace único, en vez de enfrascarse en desplantes, discrepancias y chuminadas varias.