Se confirmó lo esperado. Lionel Messi acaba de ganar el Balón de Oro. Por aplastante mayoría de votos, la mayor diferencia de puntos en la historia del galardón. Y es que nunca hubo una votación tan desigual. Hubo épocas en que se premiaba exclusivamente al mejor jugador del momento, otras en que bastaba con tener una actuación brillante a pocos días de la entrega del trofeo, (veáse Van Basten en 1992 por anotar un hat-trick, se lo arrebató injustamente a Stoichkov, cuando este era el mejor y venía de ganar la Copa de Europa en Wembley), y últimamente influye muchísimo la cantidad y trascendencia de los títulos conquistados.
Pues bien, en este año confluyen todas esas circunstancias y requisitos en Messi: pleno al 5 de títulos conquistados (con una Champions League entre ellos), actuaciones individuales memorables (con un 2-6 al Madrid incluido) y por si esto fuera poco, es el mejor jugador del planeta con diferencia (el FIFA World Player está al caer).
Una lástima no haber completado el podio culé con Xavi e Iniesta (3º y 4º respectivamente). Pero otro “triplete” era excesivo para los chovinistas de “France Football”. El próximo año hay un mundial, España es una de las favoritas para ganarlo, y del equipo campeón saldrá el próximo Balón de Oro, porque si el “tuercebotas” de Cannavaro lo consiguió por ganar el mundial de 2006 con Italia, que menos que Xavi o Iniesta no obtengan la misma recompensa.
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