viernes, 16 de mayo de 2025

La Liga de Mbappé se la lleva el Barça de Lamine

 

El FC Barcelona se proclamó, matemáticamente, campeón de la Liga 2024-25. Lo hizo a falta de dos jornadas, tras derrotar al Espanyol en el RCD Estadium, si bien ya la había ganado, en el partido anterior, tras vencer al Madrid por 3-2. Y como tal se celebró tras esa victoria. Una liga que antes de empezar ya se daba por descontando que la ganaba de calle el Madrid con su flamante fichaje, Kylian Mbappé. Lo que no contaban era con que Hansi Flick iba a revolucionar el juego del Barça con su nuevo estilo, agresivo y alegre, a la par. Y cómo con la irrupción vertiginosa en el panorama futbolístico mundial de la figura de Lamine Yamal, un chaval de 17 años destinado a gobernar el deporte rey, si la suerte y el entorno le acompañan.




Necesitaba el conjunto azulgrana el triunfo en el campo de los periquitos para campeonar, y a pesar de no ser uno de sus encuentros más brillantes, ni a nivel colectivo, ni individual, lo consiguieron de la mano de Lamine, que se sacó de la chistera un golazo, marca de la casa, para dejar en silencio a toda la afición blanquiazul, y al tiempo, enardecer a los seguidores culés. El derbi catalán había empezado con un Espanyol bien organizado atrás, sin dejar espacio alguno para la movilidad de los atacantes barcelonistas, y lanzando contras que llevaban mucho peligro. Szczesny tuvo que emplearse a fondo en alguna de ellas. El Barça con Lewandowsky como delantero centro, tras la apendicitis de Ferrán, no encontraba la manera de meter mano a su rival metropolitano. Olmo no recibía entre líneas y Lamine estaba sobremarcado en el extremo derecho. Con el “cerocerismo” inicial se llegó al descanso.

Tras el paso por vestuarios los visitantes dieron un paso al frente. Tampoco es que creasen demasiado peligro frente al porterazo Joan García, pero ya se vislumbraban mejores mimbres para inaugurar el marcador. Todo es más fácil si cuentas en tus filas con el megacrack mundial Lamine Yamal, el 19 cogió el esférico en la banda e hizo equilibrios sobre la línea exterior del área hasta llegar casi a la media luna, donde soltó un latigazo combazo directo a la escuadra perica. ¡Golazo de bandera! Este 0-1 adormeció a los locales, que ya no llegaban al área azulgrana como en la primera mitad. El carrusel de cambios en ambos equipos no alteró el electrónico, pero sí sirvió al Barcelona para anotar en el 96, sentenciar el duelo y firmar el 28 título liguero del Barça. Fue Fermín el autor, tras asistencia de Lamine, cuando el Espanyol ya jugaba con uno menos por la expulsión del sinvergüenza de Cabrera, que dio un puñetazo a Lamine en la boca del estómago, sin venir a cuento. Y la euforia ya se desató totalmente en el bando azulgrana. ¡Campeones! ¡Campions! Y ahora a celebrar este maravilloso y espectacular triplete: Supercopa de España, Copa del Rey y Liga. ¡Visca el Barça!

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