martes, 24 de diciembre de 2024
sábado, 21 de diciembre de 2024
¡Qué injusto es el fútbol, a veces!
Volvió
el FC Barcelona del juego vertiginoso y espectacular, el de las primeras
jornadas, el que le valió para vapulear a la mayoría de los rivales a los que
se enfrentó, Madrid incluido, al que goleó por 0-4 en el Bernabéu. Y lo
hacía en casa, en el Estadio Olímpico de Montjuic, frente a un Atlético de
Madrid en racha, que estaba segundo en LaLiga, solo por detrás del propio
Barça. Y regresó el fútbol al Estadi, y la presión, y el tiqui-taca,
pero no lo hizo la salsa del fútbol: los goles. Jugando como nunca solo
consiguió materializar uno, y eso siempre es sinónimo de partido abierto, de
nervios finales, por no hablar del rival que lleva muchos partidos llevándose
victorias en los últimos minutos. Y en este caso volvió a ocurrir, los
colchoneros ganaron 1-2 a domicilio, y les arrebataron a los azulgranas el
liderato.
Fue
un duelo desigual, el Barcelona fue infinitamente mejor, inclusive en algunas
fases del juego los madrileños parecieron un rival de inferior categoría, pues
fueron avasallados por el vendaval culé. Solo Oblak, los palos y algún
error en la definición impidieron que los de Simeone saliesen goleados
del Lluís Companys. Pero no era la noche de los locales y sí del técnico
argentino, que nunca en 18 años había ganado en Barcelona y lo hizo esta vez,
con sus argumentos “amarrgateguis”, con defensa de cinco en la última media
hora, y con una contra en el 96 que dejaba a los futbolistas blaugranas exhaustos
y desolados.
Pedri, descomunal toda la noche, había inaugurado
el marcador, tras pared con Gavi. Ratificaba el premio a una primera
parte soberbia del Barça, con cierta alegría para los que ganaban y con enorme
alivio para los que perdían, puesto que solo lo hacían por un gol. Tras la reanudación
siguió el mismo guion. La sentencia la pudo poner Lewandowski, pero
falló en el golpeo, o Raphinha, pero su vaselina se topó con el
larguero. Una contra mal defendida por los de Flick, acabo en el empate
conseguido por De Paul a la hora de juego. Y cuando el Barça se volcó
contra la meta rojiblanca, intentando revertir la injusticia del empate, llegó
la contra fulminante en el último segundo, con un gol de Sorloth que
ponía al Atlético líder y campeón de invierno, y al Barça tercero. Un enorme drama y una gran
decepción para cerrar el 2024.
lunes, 16 de diciembre de 2024
El Leganés se lleva los tres puntos de Barcelona
El
FC Barcelona está en caída libre. Lo de Dortmund fue un espejismo. La
derrota en el Estadio Olímpico por 0-1 ante el Leganés nos lleva a un
Barça cuesta abajo y sin frenos. Perdió contra un equipo que no había ganado
fuera de su casa en lo que va de liga, y no solo eso, los de Flick acumulan
cinco puntos de los últimos 18 posibles. Un drama de proporciones descomunales.
A lo que hay que añadir dos derrotas consecutivas en su propio campo ante equipos
de la zona baja, como son Las Palmas y el “Lega”. Con todo lo más grave
es que el entrenador no da con la tecla para reflotar este enorme transatlántico
que es el Barça.
El
equipo azulgrana tuvo más de 90 minutos de juego para equilibrar o voltear el
tempranero gol conseguido por el conjunto pepinero, pero ni por esas, fallos
garrafales de ejecución de Lewandowski, o disparos al larguero de Raphinha,
o paradones de Dmitrovic, condenaron al Barça a una nueva derrota en
Montjuic. Ya salieron pésimamente de inicio, concediendo a los dos minutos de
juego un mano a mano de Munir contra Iñaki Peña. Al portero lo dejaron vendido
un minuto después a la salida de un córner. El único cambio que había realizado
el sancionado Flick, con respecto a su once de gala, fue Eric García por
Cubarsí, y fue Eric el que fue bloqueado en ese saque de esquina,
permitiendo a Sergio González anotar el primero y único tanto del duelo.
Ese que a la postre agudizaría la crisis liguera de los catalanes.
El
Barça lo intentó, sin demasiado acierto, por activa y pasiva, en el primer acto
y en el segundo, pero no hubo fortuna, ni tan siquiera en los disparos del
siempre acertado Raphinha. Para colmo se lesionó Lamine Yamal y estará
de baja cerca de un mes. Y con todo lo preocupante de esta situación es que los
acontecimientos en este Barça de nuevo cuño se están dando a contracorriente,
pues lo normal sería que llega Flick, un entrenador que nunca ha estado en LaLiga,
y que tenga que ir imponiendo sus métodos y que cueste adaptarse, pero aquí el galimatías
es de aúpa, porque los conceptos estaban interiorizados desde el primer
instante, las goleadas se sucedían desde la jornada uno, y ahora está todo del
revés, y el asunto se está enquistando. En definitiva, un cúmulo de
despropósitos… y el sábado llega el Atlético de Madrid, el colíder.
jueves, 12 de diciembre de 2024
El Barça asalta el muro del Dortmund
Venció
y convenció el FC Barcelona en su visita al Signal Iduna Park
(2-3), estadio donde no ganaba nadie en Champions League desde hacía más
de tres años. Cualquier culé habría firmado un empate, ante estos números del Borussia
Dortmund como local, pero los de Flick dieron la talla y se
embolsaron tres puntos vitales para acabar en el Top 8 de la competición.
Fue un partidazo, de esos que hacen afición, un estadio precioso, un muro
amarillo, más de 3.000 barcelonistas animando a los suyos, y lo más importante: dos equipos luchando de poder a poder, sin concesiones. Un duelo entre dos grandes
que no pararon de buscar la portería contraria. Y con una segunda parte de
escándalo, con cinco goles e innumerables toma y daca, que dejaron la sensación,
esta vez sí, de un partido de los de Copa de Europa de verdad.
Salieron
los locales apabullando, pero enseguida el Barça se sacudió ese empuje, a base
de dominio y de control, con un Dani Olmo liberado que conectaba con los
organizadores y repartía a los delanteros. Algo no le salió a Sahin como planificó en su pizarra, porque los visitantes le dieron sopas con onda en el primer acto. La
clásica “trivela” de Lamine Yamal no la culminó Raphinha y su disparo
no fue gol por poco. El Barcelona acechaba la meta de Kobel con mucho
peligro, pero sin culminar definitivamente. Con el “cerocerismo” inicial se
llegó al descanso.
Tras
la reanudación cambió todo el escenario, llegó la salsa del fútbol. Gol de
Raphinha, que se fue en velocidad y la cruzó de tiro potente y ajustado al palo
largo. Empataba Guirassy de penalti, tras empujón suave de Cubarsí.
No se venía abajo el conjunto azulgrana, y si se venía… Flick te metía un
triple cambio revolucionario: fuera Lewandowski, Raphinha y Olmo, dentro
Ferrán, Fermín y De Jong. Y… ¡bingo! Un trallazo de Fermín,
desviado por el guardameta, lo recogía Ferrán para adelantar de nuevo a los
suyos. No duró mucho la alegría, una ruptura del fuera de juego desde la
segunda línea, le facilitaba el doblete a Guirassy. Y cuando el empate podía
darse como bueno para unos y otros, un pase filtrado al espacio por Lamine dejó
solo a Ferrán, que volvió a batir a Kobel. Era el minuto 85 y el Barça ya no
dejó escapar los tres puntazos. Victoria y segundo puesto de 36 equipos, solo
por detrás del invicto Liverpool.
sábado, 7 de diciembre de 2024
Betis y Barça se reparten los puntos en el Villamarín
El
empate a dos tantos en el Benito Villamarín probablemente hace justicia a los
merecimientos de Betis y FC Barcelona. Si bien a los verdiblancos
el puntazo le sabrá a gloria, dada la consecución del mismo en los minutos postreros,
y a los azulgranas les dejará un regusto amargo, por dejar volar dos puntazos
en la recta final del duelo. Assanne Diao, que posiblemente no vuelva a
meter en su vida un gol con ese toque sutil y con esa dosis de fortuna para colarse
entre las piernas de Íñigo Martínez, fue el encargado de repartir alegrías
y penurias a partes iguales.
El
Barça pudo y debió hacer más para llevarse este partido, estaba necesitado de
encadenar dos victorias, tras un desastroso noviembre en liga. Además, Pellegrini
tenía una plaga de lesiones, a la que se sumaba en el calentamiento la del
portero titular, Rui Silva. Pero no pudieron los visitantes ni sacando todo su
arsenal ofensivo desde el inicio, ya que Flick metió en el once a Lewandowski,
Raphinha, Lamine Yamal y Dani Olmo. Pero nada, ni contra un Betis
que le falta de todo, que deambula por LaLiga con un empate por aquí y
una derrota por allá. Tampoco los azulgranas exhibieron poderío, de hecho, en el
primer acto solo dejaron el gol que inauguraba el marcador. Eso sí, vaya golazo
de jugada colectiva. Tiqui-taca: Koundé, Lamine, Pedri, Koundé, Lewandowski.
¡Golazo! Tiqui-taca. Preciosistas combinaciones al primer toque. Caviar para
los ojos. Tiqui-taca. La esencia del ADN Barça. Y a vestuarios con el 0-1.
El
Barcelona controló el partido en la reanudación, pero en una escapada de Vitor
Roque, el brasileño provocó el penalti de De Jong. El holandés le
dio un empujón, sin relevancia, pero en la repetición se vio que le rozaba la
bota, y “Tigriño” se la quitó y demandó penalti. Concedido. Malas artes del delantero
cedido por el Barça, aunque el brasileño parece que no lo recuerda. Lo Celso
transformó el penalti. Parecía la única manera de batir a Iñaki Peña, que
hizo un partido bestial, salvando al Barça con paradas enormes. Salió Ferrán,
que parece que está caliente, y marcó tras pase magistral de Lamine. Y cuando parecía
que el 1-2 sería definitivo llegó el tanto de Diao en el 94, que restaba dos
puntos a un contemplativo Barça.
martes, 3 de diciembre de 2024
Goleada balsámica al Mallorca para aparcar la minicrisis
El
FC Barcelona dio un golpe de efecto en Son Moix, endosando una
manita de goles al Mallorca y sorteando temporalmente la palabra crisis.
Un 5-1 incontestable, que dejó bien a las claras la superioridad de los
azulgranas durante todo el duelo. Ni tan siquiera el 1-1 al descanso, conseguido
in extremis por los bermellones, amilanó a los visitantes que les hicieron un
roto en el segundo acto. Y mucha parte de culpa tiene ese chaval que hace
maravillas con la pelota en sus pies, el tal Lamine Yamal, que lo mismo te
deja sentado con dos recortes de genio, que te provoca un penalti, que te da una
asistencia con el exterior del pie, … que lo mismo no hace nada en toda la primera
parte, pero que participa en los cuatro goles de la segunda. En definitiva, un
factor diferencial de los que no abundan en el planeta fútbol.
Flick
dispuso a todos sus
titulares disponibles, Olmo incluido, con la excepción de Lewandowski,
que rotaba. Sorprendió la ausencia del pichichi en la alineación
inicial, por lo mucho que se jugaba el Barça, después de tres partidos sin
ganar. Pero al técnico alemán le salió bien la jugada. Descansó su “9” estrella y los demás salieron enchufados. Hasta el inoperante de Ferrán Torres,
que sustituía al polaco, se conectó y abrió el marcador, tras fallo garrafal en
bloque de la defensa mallorquina. El conjunto catalán dominaba a placer y tuvo
ocasiones para ampliar la diferencia. Pero perdonó en exceso, hasta Raphinha
no marcó en un mano a mano con el portero. Y eso se suele pagar, el Mallorca
empataba en el 44, rompiendo el fuera de juego, (ese que funcionó una docena de
veces en el partido, pero falló esa), por medio de Muriqui.
Pelotas nuevas. Tocaba
remar de nuevo en la segunda parte, pero ahí se desató Lamine Yamal. Provocó el
penalti claro que transformó con decisión Raphinha, asistió al propio brasileño para el
segundo, inició la jugada que terminó con el remate de De Jong al fondo de las mallas, y
también participó activamente en el quinto que anotó Pau Víctor. Una
exhibición del 19 culé, que mantiene la tradición de que cuando él es titular
el Barça gana. Y vaya cómo la mantuvo. Parece ser que el Barça ha vuelto.