El FC Barcelona se impuso por la
mínima (1-0) al Atlético de Madrid en un desangelado Estadi de Montjuic,
con un protagonista estelar, que lo fue antes, durante y después del partido, Joao
Félix, un jugador del Atleti cedido al Barça. El atacante portugués se
vació en el duelo ante sus ex, y lo dio todo con la pelota y sin ella. Esto es hizo
todo lo que le gusta a Simeone, pero en el bando contrario. Ciertamente
algo rocambolesco desde el punto de vista rojiblanco. “O menino” puso toda la
motivación que pudo, y lo mismo sucedió con sus compañeros actuales, pues los
de Xavi venían arrastrando problemas de intensidad y de juego en las
últimas jornadas, y para esta ocasión, y dado lo mucho que se jugaban -perder
significaba quedarse a 7 puntos de los líderes- dieron todos el do de pecho.
Y esta presión ejercida por los locales
maniató a los colchoneros de tal forma que ofrecieron su peor versión de la
temporada, sobre todo en la primera parte, en la cual fueron superados ampliamente
por los barcelonistas. Se gustó la medular conformada por Gundogan, De Jong y
Pedri, y de ahí partieron las mejores jugadas y los numerosos remates a
puerta, que no inquietaron demasiado a Oblak, pero sí cercaron su portería. Xavi
le ganaba la partida al Cholo, Joao Félix hacía lo propio con Griezmann,
y el Barça en conjunto se imponía al Atleti. El portugués anotó un gol
espectacular en el 28, con toque sutil que superó a Oblak, y lo celebró, ¡vaya si lo
celebró! Pero ese marcador se vislumbraba muy corto para los méritos del Barça
y para una segunda mitad muy larga.
Así fue, tras la reanudación y los
cambios ofensivos de Simeone, los visitantes se vinieron arriba, no les quedaba
otra. Su mejora en fútbol y ocasiones fue ostensible. El Barça achicaba agua.
Incluso pudo sentenciar con un disparo cruzado de Raphinha, que se topó
con el poste. Emergió la figura de Iñaki Peña, el sustituto de Ter
Stegen, estuvo a la altura del germano, con dos manos sensacionales, una en
lanzamiento magistral de Depay, y otra en un mano a mano que le sacó a Correa.
Con los madrileños volcados en ataque Lewandowski falló delante de Oblak,
culminando su particular hat-trick de fallos clamorosos. Este preocupante
dato, a la par que recurrente, no mermó un ápice la euforia culé cuando sonó el
pitido final. La victoria lo merecía.
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