El FC Barcelona sigue sin dar
señales de vida, ni de fútbol, que es más preocupante. Lo que el inicio de
temporada se valoró como un equipo en proceso de reconstrucción, ha quedado en
agua de borrajas, de hecho, se le observa más destruido, si cabe, más
descompuesto. Bien es cierto que el conjunto de Xavi está acusando las
notables bajas de cuatro de sus puntales sobre el césped (Pedri, De Jong,
Dembélé y Christensen), y sobre diez jugadores de campo eso es un
40% de merma, pero eso no es óbice para que se ofrezca un rendimiento más
digno, como por ejemplo contra el Girona, que sin hacer nada del otro mundo,
con un poquito de orden, se llevó un valioso punto del Camp Nou. Con un
empate a cero que sabe a poco a todo un líder de LaLiga.
Fue un partido de los típicos de esta
temporada que han concluido con el redundante 1-0 a favor de los culés, salvo que
en esta ocasión ni tan siquiera se llegó a ese bagaje goleador de mínimos. Lewandowsky
lleva un año 2023 criminal, que deja planear sobre el Estadi el
pensamiento de si cuatro años de contrato igual son demasiados para un futbolista
de 34 tacos. Por supuesto Ferrán Torres ni está ni se le espera. Y a Ansu
Fati, se le espera, pero tampoco está. Así se explica que el gol esté tan
caro a esta orilla del Mediterráneo.
Y lo cierto es que el choque se las
prometía divertido, dado que al principio los visitantes dispararon dos veces a
la meta de Ter Stegen, y Lewy y Ansu hicieron lo propio contra la
portería gerundense. Pero el resto del encuentro, salvo un disparo de Taty Castellanos,
solo ante el guardameta, que envió fuera, no ratificó las esperanzadoras perspectivas
iniciales, con lo cual combate nulo. Así pues, lo único positivo que se puede entresacar de este derbi
catalán es que el Barcelona suma un punto más en su pugna por ganar la liga,
sin prisa, pero sin pausa, y ya son 13 en los que aventaja al Madrid, y que ya
solo restan 10 jornadas, una menos para el alirón.
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