No
empezó mal Oscar García como nuevo entrenador del Celta.
Sorprendió de salida con mucha presión arriba y hasta con siete
jugadores por delante del balón. Algo del partido contra el Slavia
debió ver el nuevo entrenador, otrora jugador culé. Le dio para
amedrentar un rato a un FC Barcelona timorato y plano,
susceptible de asustarse con cualquiera que le achuche un poco. Luego entra en escena el factor Messi, y la ecuación se vuelve más
complicada. Puedes estar haciéndolo todo, o casi todo, bien en el
Camp Nou, pero contra tres tiros directos a la red del
argentino no hay medicina preventiva que funcione.
Un
hat-trick del mejor jugador de la historia dejó en agua de
borrajas el bienintencionado planteamiento celtiña. Una internada
por la izquierda de Junior Firpo la paró Aidoo con el brazo,
penalti y gol convertido por Messi, engañando al meta Rubén.
Ni con ventaja en el marcador supieron los de Valverde imprimir
carácter y verticalidad al juego. La medular barcelonista transitaba por
el césped con más pena que gloria. A esta frase hecha se apuntó,
como toda la temporada, el flamante fichaje Antoine Griezmann.
Los celestes no se descompusieron y lograron empatar en el 42 con
golazo de falta de Olaza. Poco dura la alegría en la casa del
pobre, tan solo tres minutos después Messi lograba el 2-1 de
espectacular lanzamiento de falta.
Tras
la reanudación los visitantes volvieron a caer en el mismo error,
falta en la frontal, lo que implicaba posibilidad alta de gol de Leo.
Así fue, otro tiro soberbio, inalcanzable para el guardameta, que no
acabaría muy contento con la que liaron sus propios zagueros. Otro triplete para el
megacrack rosarino. Entre tanto tuvimos la entrada de Dembélé
por incomparecencia de Ansu Fati. El francés puso un poco de
picante al duelo con sus regates y su velocidad punta, mientras Luis
Suárez también salió desde el banco, con poca presencia e
incidencia en el duelo. Tuvo que ser Busquets el que hiciera
el cuarto y definitivo. Pero ni por esas la parroquia blaugrana quedo
satisfecha, dado el pobre juego del equipo y la excesiva dependencia
de Messi.
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