El
FC Barcelona, de la mano -y el pie- de Messi, se exhibió ante
el Borussia Dortmund, goleándolo por 3-1 en la quinta jornada
de la Champions League. Fue otro día en la oficina del mejor
futbolista de todos los tiempos, Don Lionel Messi, que cumplía
700 partidos con el Barça, y que participó en los tres tantos de su
equipo, anotando uno y dando las asistencias de los otros dos. Y es
que si hay que reconocer que el equipo de Valverde no está
practicando un fútbol vistoso en lo que llevamos de temporada,
también hay que hacer lo propio con que Messi, después de su
lesión, está a un nivel al que solo él es capaz de desplegar en el
fútbol actual.
Tampoco
es que los alemanes disputaran un gran partido, estuvieron
contemplativos y con escasa aportación ofensiva hasta la entrada de
Jadon Sancho. Nada que ver con las dificultades que plantearon
en el Westfalenestadion, donde a pesar del empata a cero,
tuvieron contra las cuerdas a los azulgranas durante los 90 minutos.
El Barça salió a por todas buscando la victoria desde el inicio
para conseguir la clasificación para octavos como primero de grupo.
Con un Rakitic fallón, errando pases por su inactividad,
pero con un Busquets serio en la medular se buscaba contener
al rival al tiempo que inaugurar el marcador. Lo logró Suárez tras asistencia de Messi a la media hora de juego. Tardó
solo tres minutos el uruguayo en devolver el favor a su íntimo
amigo, fallo de Hummels y pase de la muerte para que el
rosarino anotara el 2-0.
Tras
el paso por vestuarios el Barcelona bajo el pistón. Salto al césped
del Camp Nou la incipiente estrella Jadon Sancho y los
“borussers” se contagiaron del talante ofensivo del inglés. Sin
embargo fue otra vez Messi el que sentenció el choque con un genial
pase filtrado que dejó solo a Griezmann para el tercero de la
noche. El principito había entrado ante una nueva lesión de
Dembélé, que tampoco había brillado ante su ex equipo. El
propio Sancho acortó distancias de un disparo seco dentro del área
ante la débil oposición de Junior Firpo. Corría el minuto
77 y aún hubo tiempo para otro zapatazo de Jadon, respondido con una
de las paradas del año, en la que Ter Stegen desviaba lo
justo para que el esférico se estrellase en el travesaño. Objetivo
del liderato cumplido. Próxima parada en el Wanda Metropolitano,
palabras mayores.