Podríamos
hablar de merecimientos, de justicia deportiva o de que si el
Internazionale se los puso de corbata al FC Barcelona
durante los primeros 45 minutos del duelo de Champions, pero
la realidad y el marcador reflejaron que los azulgranas rompieron la
imbatibilidad de los italianos en esta temporada. Costó lo suyo. Se
sufrió lo indecible, pero dos golazos de Luis Suárez, ambos
con tintes reivindicativos dejaron noqueado a los de Conte por un
global de 2-1.
Fueron
los neroazurri los que golpearon primero y los que pudieron
golear al Barça en el primer acto, pero unas veces las brillantes
intervenciones de Ter Stegen y otras las erróneas
definiciones de los milanistas les impidieron puntuar en el Camp
Nou. Y eso que el tempranero tanto de Lautaro hizo temblar los
cimientos del estadio. El líder de la serie A se adelantaba en el
electrónico y no se conformaba con eso, martilleaba, una y otra vez
la meta azulgrana. Ocasiones clarísimas de las que dispusieron, que
les debieron dejar un regusto amargo al irse a vestuarios con esa
mínima ventaja. Por contra el Barça daba palmas con las orejas por
ir perdiendo solo por 0-1.
En
el segundo acto cambió la decoración por completo, el simple cambio
de Busquets por Vidal le dio otro aire a los de Valverde.
Funcionó la estrategia de un poco más de músculo. Así el chileno
asistía a Suárez en la frontal, y el delantero empalmaba un remate
espectacular, sin dejarla caer. El Inter ya no fue el mismo, ni con
los cambios pudo recomponer la situación. Ahora el Barcelona el que
tenía la sartén por el mango, el dominio y las ocasiones. Y faltaba
el típico eslalon de Messi, otro más, otro prodigio para la
hemeroteca. El rosarino se fue de todos y asistió a Suárez para que
este fusilara a Handanovic y dejase los tres puntos en casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario