Goleó
el FC Barcelona a un Sevilla que saltó desmelenado al
césped del Camp Nou, donde comenzó jugando mejor que los
locales, pero se tuvo que volver para casa con un saco de goles. Nada
menos que cuatro chicharros le endosaron los azulgranas a los de
Lopetegui, casi todos ellos de extraordinaria factura. En ese 4-0
mucho tuvo que ver el delantero de los visitantes, Luuk de Jong,
que falló cuatro tantos cantados y desmoralizó a los suyos
sobremanera.
Los
andaluces trenzaban jugadas que parecían más propias de su rival en
otros tiempos. Achicaban espacios, con línea de cuatro en defensa
muy adelantaba, y los de Valverde casi ni la olían, con
Busquets y Rakitic viéndolo desde el banquillo. El fútbol y el
desacierto lo ponía el Sevilla a partes iguales. Pero cuando te
enfrentas a un grande no se puede perdonar tanto. Así en el primer
centro bueno que Semedo le puso a Suárez llegó el primer
golazo, una chilena espectacular del uruguayo que levantó a todos de
sus asientos y sofás. Estaban por llegar los ocho minutos mágicos
blaugranas, pues seguidamente Arturo Vidal anotaba el segundo
en la posición del “9”, y al rato Dembélé sentaba a su
par y la cruzaba con la otra pierna al fondo de las mallas. 3-0 y al
túnel de vestuarios.
Tras
la reanudación el Sevilla volvió a la carga, e hizo lo propio Luuk
de Jong, enviando otro disparo al poste, cuando estaba solo delante
del portero. El que no perdonó fue Messi, que inauguró su
casillero en esta Liga de lanzamiento de falta magistral. El partido estaba acabado,
pero Mateu Lahoz con su habitual afán de protagonismo expulsó
al central culé Araujo en una acción poco clara, y al tiempo sacó
roja a Dembélé, por decirle la verdad: “que es muy malo”.
Patético que este colegiado siempre quiera estar en el centro de los focos,
muchas veces haciendo el ridículo. En fin, que el Barça se coloca
segundo en la tabla a dos puntos del Madrid, y con el clásico a la
vuelta de la esquina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario