Messi volvió a hacerlo, casi sin
despeinarse, colocó el balón en el césped, lo mimó, y se dispuso a marcar el
enésimo lanzamiento de falta, y para no variar lo convirtió, y el Sevilla, que mandaba en el marcador y
en el posicionamiento, se sintió un poco más pequeño de lo que se creía y vio
como el genio de Rosario se hacía más y más grande, pasando al centro para
ayudar a sus compañeros, asociándose con los de arriba y creando superioridad
por esa zona, porque para eso es el mejor del planeta y vale por tres. Y si los
demás no están a su nivel no pasa nada, él solo te soluciona el partido cuando
las cosas se tuercen.
El FC Barcelona no ofreció su mejor versión, pero aún con todo ganó (2-1)
el complicado encuentro que planteó Emery
en el Estadi. Luis Enrique tiene un once titular muy
definido y si una de esas piezas falta se empieza a notar. Arda Turan y Aleix Vidal
no están dando el nivel que se esperaba, Iniesta
y Dani Alves, pueden estar
tranquilos, por el momento. Tampoco Sergi
Roberto está a la altura de Rakitic.
Así que Lucho en la segunda mitad fue devolviendo a los titulares a su sitio
natural y dejó de lado las dosificaciones que tenía meditadas.
Se adelantaron los andaluces en el
marcador, una contra pilló a los culés en inferioridad y Vitolo la cruzó ante Bravo.
Messi no lo veía claro y dejó la banda para venirse a distribuir desde el
centro. Un tiro libre lanzado magistralmente por el crack argentino ponía la igualdad, pero el Sevilla siguió ordenado,
con cinco en la medular, para contener a un Barça que comenzaba a dominar la
situación.
En la reanudación una jugada extraña
en la que Luis Suárez la sirvió a Piqué para que el central marcase desde
la posición del "9". Corría el minuto 3 de la segunda mitad y el
tanto descuadró a los visitantes, pero no lo suficiente como para que se amilanasen. Iborra era una
mosca cojonera jugando tipo Bakero, por detrás de Gameiro, y Tremoluinas
era un incordio por su banda. El empate no llegó, ni tampoco la sentencia por
parte local, Luis Suárez y Neymar no
estuvieron finos, y el marcador ya no se movió.