Trepidante partido el disputado en Vigo, saldado con un enorme chasco para el FC Barcelona, que dejó escapar dos puntos en los últimos minutos del duelo, que el Celta recogió encantado. Fue un empate con sabor a derrota puesto que el Barça se imponía por 0-2 a falta de diez minutos y Rafinha disparó al poste, de un posible 0-3 se pasó a un 2-2 que dejó un sabor muy amargo para las huestes azulgranas. La ausencia de Lamine Yamal volvió a sentirse, así como la de Balde, que dejó un agujero enorme en la banda izquierda. Su sustituto Gerard Martín no está para estás batallas de primer nivel.
Comenzaron bien los visitantes, librándose de la presión celeste, y generando peligro en la vuelta de Gavi a la titularidad, tras un año lesionado. No perdonó el azulgrana más en forma: Raphinha, que aprovechó el fallo de Mingueza para plantarse delante de Guaita y batirle de tiro raso y cruzado. Los locales llegaban a la meta de Iñaki Peña, pero éste respondía con solvencia a los disparos de los vigueses. Con el 0-1 y la petición de Aspas de la expulsión de Gerard Martín se llegó al descanso.
Tras el paso por vestuarios el Barça se asentó sobre el césped. Mandaba y controlaba. Maximizó estas acciones cuando Lewandowski, a trancas y barrancas se llevó el balón y marcó el segundo. Rafinha pudo matar el partido pero se topó con el palo. Y cuando parecía que que la victoria estaba cercana llegaron la expulsión de Casadó y el fallo garrafal de Koundé, que se hizo un lío y permitió que González fusilase a Iñaki Peña a un metro de distancia. A los dos minutos Héctor Fort se tragó un recorte de Álvarez y el Celta culminaba a su particular remontada, dejando al Barcelona sin argumentos y sin victoria.
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