Descendió de categoría La Catedral
este domingo 12 de marzo de 2023. Pasó a nivel iglesia de barrio, tras los cánticos
contra el FC Barcelona de “A Segunda oé,…” y el lanzamiento de billetes
falsos como la propia entidad bilbaína. Todo por el caso Negreira y los
presuntos favores de un tipejo que nos da que tenía menos fuerza en el
colectivo arbitral que la UGT con Franco.
En lo meramente deportivo volvimos a ver
al Barça del 1-0 y del sufrimiento. Ya se contabilizan nueve 1-0 en la presente
campaña y suma y sigue. Y eso que el Athletic Club lo intentó de todas
las maneras posibles, e inclusive se podría afirmar que se hizo acreedor a la
igualada en el marcador. Los de Xavi, poco más o menos que los últimos encuentros,
cazar una, a nadar y guardar la ropa. A defenderse con uñas y dientes de las acometidas
de los leones. Los visitantes se mantuvieron en su línea, defensa férrea, a pesar
de la notable baja de Araujo, medular sólida con los Busquets, De
Jong y Gavi, y delantera flojeras, con un Ferrán inoperante,
un Lewandowsky de capa caída, y un Raphinha que está salvando los
muebles y los puntos en muchos partidos.
Los locales pusieron la garra y la
entrega, incluyendo dos remates a los palos, uno de Raúl García en la
primera mitad, que se topó con el larguero, y otro de Berenguer, que se
estrelló en la base del poste en el segundo acto. Valverde supo leer mejor
el choque que Xavi, pero al filo del descanso Busquets encontró a Raphinha, que la cruzó de zapatazo con la diestra al fondo de las mallas. El asistente
anuló el gol por fuera de juego, pero había que verlo con calma, pues el mismo juez
de línea ya había errado en un fuera de juego inexistente unos minutos antes. Y
así fue. Gol absolutamente legal y a reponer fuerzas a los vestuarios.
Tras la reanudación los azulgranas
durmieron el partido, sin que pasase nada significativo en ninguna de las dos
áreas. En parte gracias a Ter Stegen. Solo que los cambios de los rojiblancos
les dieron un postrero empujón. Acogotaron a los visitantes y hubo de
intervenir de nuevo el VAR, tras el gol de Iñaki Williams en el 86,
porque había mano previa en el inicio de la jugada. Así se confirmó, y el
Barcelona se llevó los tres puntos de San Mamés. Reafirmando, así, su liderato
en la Liga.
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