Plantó el Sevilla FC un autobús
en el Camp Nou, de los de dos pisos, tipo inglés. Ni los más viejos del
lugar recuerdan al campeón de seis Europa League pasar por el Estadi
con esas miserias. Fue un equipo rácano, que salió con cinco defensas y cuatro mediocampistas,
cuyo único mérito residió en aguantar durante casi una hora las embestidas del
FC Barcelona. Y de esta guisa no es extraño que los de Nervión lleven 20
años sin ganar en el Camp Nou. El líder no salió en tromba, la ausencia de Dembélé,
y la lesión de Busquets a los dos minutos de partido, trastocaron los
planes de Xavi.
Los comienzos fueron complejos para los
locales, la entrada en frío de Kessié no contribuyó a un juego
preciosista. No obstante el Barça fue haciéndose con las riendas del choque,
llegando a acumular posesiones de esférico del 90% en determinados tramos del encuentro. Bono,
que fue el mejor de los andaluces, tuvo que emplearse a fondo en varias
ocasiones, en especial a tiro seco de Lewandowski, que a punto estuvo de
colarse a pesar de la buena estirada del guardameta marroquí. La tuvo también Araujo
con un cabezazo estratosférico que salió rozando el poste. Los visitantes
pedían la hora para llegar vivos a los vestuarios.
Tras la reanudación el timorato Sampaoli
dio varios pasos más atrás, hizo dos cambios ultradefensivos, quitó al único
delantero puro que tenía, En-Nesyri, y dejó a Rakitic como referencia
en ataque. Un suicidio en toda regla. El Barça comenzó a embotellar a los blancos.
El tanto se veía venir. Kessié se inventó un pase filtrado a lo Laudrup, para
dejar solo a Jordi Alba, que la cruzó ante Bono para inaugurar el
marcador. Sampaoli siguió dejando muestras de surrealismo y le pasó un folio a Jordán
con el nuevo esquema, el mediocampista estuvo como diez minutos tratando de
asimilar el guirigay sobre el papelote y sobre el rectángulo de juego, hecho que ya aprovecharon definitivamente los locales para
sentenciar. El finiquito salió de un pase de la muerte de Raphinha para que Gavi
solo la tuviese que empujar al fondo de las mallas. El tercero y definitivo lo
anotó el propio extremo brasileño, tras una sensacional asistencia de Jordi
Alba. El Barcelona consiguió una nueva victoria, y aprovechó el tropiezo del
Madrid en Mallorca para sacar 8 puntos a los merengues. Domingo redondo para los
culés.
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