El FC Barcelona mostró una mejoría ostensible en su juego que le sirvió para derrotar a la Real Sociedad por 2-1, si bien acabó sufriendo y pidiendo la hora al colegiado. El conjunto donostiarra llegaba al Camp Nou con la vitola de líder de LaLiga, pero no pudo defender ese honor, sucumbiendo ante un Barça que fue mejor durante la primera hora de juego. Los de Koeman con su once tipo de los últimos partidos, incluido un destacado Pedri, desplegaron un fútbol brillante, al que no nos tienen acostumbrados, sobre todo durante la primera mitad del duelo.
Los locales llegaban a este partido liguero adelantado con la moral alta tras el triunfo ante el Levante. Era poca cosa, pero su rival arribaba al Estadi después de tres empates consecutivos. Y ya se sabe que los estados de ánimo influyen mucho en la vida en general y en el fútbol en particular. Se adelantaron en el marcador los txuri urdin, con gol de Willian José tras asistencia de Portu. Corría la media hora de juego y el Barça no se amilanó, respondiendo a los cuatro minutos con tanto de Jordi Alba, otro de los destacados. El propio lateral la sirvió franca para que De Jong anotase el segundo tanto. Gol de los llamados psicológicos, pues llegó al filo del descanso, desconcertando a los pupilos de Alguacil.
Tras la reanudación el Barcelona siguió dominando el esférico y el duelo, pero los errores garrafales de Griezmann avocaron a la parroquia azulgrana al sufrimiento. El delantero galo, que estrenaba dos trenzas ridículas, por fallar hasta erró un gol a puerta vacía, cuando solo había que empujarla. Mejor le iría si en vez de trenzitas irritantes, risitas a la cámara y bailecitos cargantes, se centrase exclusivamente en el fútbol. El error grosero cabreó a todos los culés del planeta, incluido “Tintín”, que lo quitó del campo inmediatamente, sacando a Trincao. Poco a poco los locales fueron reculando, mostrando sus dos caras de Jekyll y Hyde, y los blanquiazules comenzaron a tomar las riendas. Ahí emergió la figura de Ter Stegen que salvó a los suyos con el pie a tiro a bocajarro de Izak. El electrónico ya no se alteró, quedando los tres puntos en casa, alentando a un Barça que necesita de estas victorias para afianzarse en la parte alta de la tabla y seguir cogiendo confianza.
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