Corría el minuto 81 de partido cuando Luis Suárez establecía algo de justicia
en el electrónico propiedad del Atlético
de Madrid. El delantero del FC
Barcelona, tras haber escuchado improperios e insultos durante varias fases
del duelo, mandaba callar al Wanda
Metropolitano. Este gesto fue vituperado por todos los barriobajeros e impresentables
madridistas que seguían el encuentro con la esperanza de ver la primera derrota
del Barça en esta Liga. A todos esos
barriobajeros e impresentables merengues les pareció maravilloso y susceptible
de elogio el mismo gesto cuando lo hizo Raúl
González en el Camp Nou. Pero a esos
mismos barriobajeros e impresentables, aborregados por la caverna mediática,
ahora les parece un gesto indigno y reprochable. Sí, señores, hablamos de la
doble vara de medir de la caterva cibelesca, del florentinato y todos sus
secuaces. En definitiva, de los tan cacareados "valores del
madridismo".
Haciendo abstracción de este gesto,
difícil porque los medios subvencionados por el ínclito Señor Pérez nos lo han
restregado todo el fin de semana, el equipo de Valverde dio una lección de poderío y autoridad en el feudo
colchonero. No es menos cierto que los locales salieron enchufados, con la pertinente
"cholina", obligando a Ter
Stegen a realizar dos intervenciones prodigiosas a sendos disparos de
Griezmann, logrando adelantarse en el marcador con golazo de Saúl desde la frontal. Pero a partir de
ese minuto 21 los catalanes fueron amos y señores del choque. De manera
especial tras la reanudación.
Fue en el segundo acto cuando los
azulgranas ahogaron a los de Simeone.
Con un Messi erigiéndose en dueño de
la cancha. Jugando y haciendo jugar a los suyos. Tirando al poste y lamiéndolo
con otro zurdazo ajustado. El argentino hipnotizaba a los rivales y los
espectadores con su fútbol. Todo el Barça estuvo a gran altura, inclusive Sergi Roberto que salió por Semedo y tuvo tiempo de hacer
incursiones vertiginosas por la banda derecha y de poner un centro medido a la
cabeza de Suárez, para que este pusiera el 1-1 y mandara callar a los que le
ofendían y por ende a todos los barriobajeros e impresentables del Irreal Cajamadrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario