El FC Barcelona goleó al PSG
(6-1) y consiguió un hito que nunca había logrado ningún equipo en Champions League. Nadie había remontado
un 4-0 adverso. Lo hizo el Barça. Con la pujanza y la fe de todo un equipo, y
de una afición, pero por encima de todos con la fe de Neymar. El brasileño fue el que tiró del carro cuando la esperanza
se estaba perdiendo, cuando corría el minuto 87 y había que marcar tres goles
para estar en cuartos. Marcó dos en un minuto y asistió a Sergi Roberto en el 94 para el sexto y definitivo.
Dos remontadas tuvo que hacer el
conjunto azulgrana. La primera cuando logró acercarse al objetivo inicial de
meter cuatro, con el 3-0; y la segunda tras el gol de Cavani, que ponía todo cuesta arriba de nuevo. El Camp Nou empujó en ambas. Más de 96.000
almas alentaron a los suyos en busca de la gesta.
La cosa pintó bien desde el inicio
pues el primer gol llegó a los 3 minutos, obra de Suárez de cabeza. Además los de Emery se veían superados por la
presión ambiental y no inquietaban a Ter
Stegen. Los locales dominaban la posesión y ejercían presión alta y robo inmediato
del esférico. Pero el segundo tanto no llegaba, tampoco las ocasiones eran
nítidas. Tuvo que ser un gol en propia meta de Kurzawa en el 40, tras centro de
tacón de Iniesta. El 2-0 al descanso hacía cuadrar las cuentas.
Y más aún con el tercero, obra de Messi al transformar un penalti
cometido sobre Neymar., el cual ya había empezado su exhibición estelar. Solo
cortada por la diana de Cavani, que cayó como un jarro de agua helada cuando el
Barça acusaba el esfuerzo. Llegó el desasosiego, pues quedaba media hora de
juego y se necesitaban tres goles. A partir de ahí solo Neymar creyó. Marcó de
falta magistral en el 88, de penalti en el 90 y dio la asistencia del mítico
gol de Sergi Roberto. Se erigió en el líder del Barça y del barcelonismo,
demostrando que es un jugador de época.
La liga francesa no es una de las mejores del mundo. Fue liderada por el PSG durante muchos años, hasta la temporada pasada cuando la perdió con el Mónaco. Sin embargo, no tiene la calidad de clubes y jugadores que España, Italia o Inglaterra.
ResponderEliminar