El FC Barcelona-Madrid más decepcionante de los últimos tiempos se
saldó con un empate a uno, que supo a poco a los aficionados al fútbol en
general, dada la envergadura de ambos contendientes. No supo a nada a los
azulgranas que vieron como se escapaba la victoria en el último suspiro. Y supo
a gloria a los merengues que vieron como salvaban un punto in extremis, que
además les servía para mantener la ventaja de seis puntos con respecto al propio
Barça.
El conjunto de Luis Enrique viene perdiendo su esencia desde hace algunos
partidos, así que la puesta en escena del clásico tampoco pilló de sorpresa a
nadie. El juego de toque, el estilo, el tiqui-taca,... se han ido desvaneciendo
paulatinamente, y no solo ante los blancos, pues cabe recordar que los culés
vienen de una racha lamentable (una derrota y cuatro empates) en los últimos
cinco encuentros.
Con esos antecedentes el equipo de
Zidane le comió la tostada a los locales en el Camp Nou, sobre todo durante la primera mitad, donde Modric fue amo y señor de la medular,
y el propio Kovacic se asemejó al mejor Mauro Silva de antaño. Tampoco era
difícil, pues el Barça rehuía la salida de pelota desde atrás, nadie daba pausa ni control y los pelotazos en largo se imponían.
Tras la reanudación llegó el tanto de Luis Suárez, tras centro preciso de
Neymar en lanzamiento de falta. Era la única opción de gol, tras la escasa
creatividad barcelonista. Al poco salió Iniesta y el fútbol tuvo reminiscencias
del ADN Barça. Don Andrés cogió el brazalete de capitán en todos los sentidos,
dio pausa y control, al tiempo que se contemplaban los mejores minutos de los
catalanes. Neymar y Messi pudieron sentenciar, pero dispararon fuera en óptimas ocasiones.
No falló Ramos, acostumbrado ya a su cita con el gol en jugadas de
estrategia. Marcó para igualar la contienda en el 90, y derramó un jarro de
agua fría sobre todo el Estadi. Las
ilusiones del Barça de recortar distancias se esfumaron ante un Madrid
mediocre, lastrado por las ausencias (Bale, Kroos,... y Benzema si me apuras). Solo
queda mejorar, hacerlo peor es difícil.
Fatal jugó el Barsa, así no nos comemos ni una rosca
ResponderEliminarResumen: partido para olvidar, con dos miserables goles a balón parado, eso sí en horario premium y nos vieron en China.
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