El FC Barcelona pasó por encima de un Deportivo de La Coruña (4-0), que esta vez no dio la sorpresa de
las últimas dos temporadas en el Camp Nou.
Y eso que los azulgranas empezaron sin coger el ritmo al partido, la línea de
tres centrales y la disposición del resto del equipo no resultaba cómoda para
los pupilos de Luis Enrique. Los
gallegos no se veían inquietados y entorpecían el discurrir del juego con sus limitadas armas. Hasta que en el minuto 21 una pared bien trenzada entre Rafinha y Luis Suárez la culminó el brasileño con un disparo con la pierna
"mala", que batió por bajo a Germán
Lux.
El hijo de Mazinho volvió a marcar al
cuarto de hora, tras recoger un rechace del portero a cabezazo de Piqué. El Barça jugaba mejor desde que
tenía el electrónico a favor, y Neymar comenzó
a carburar, cogiendo los galones y repartiendo juego a diestro y siniestro. Al
filo del descanso le metió una asistencia colosal a Luisito, al estilo basket, jugando al poste bajo, el
uruguayo le hizo un reverso mortal a su marcador y sentenció el duelo.
Tras la reanudación los locales se
gustaron, al Depor se le veía entregado,
más aún cuando Messi salió y marcó
el cuarto en el segundo balón que tocó, y todavía más cuando expulsaron a
Laure por dar un codazo a Neymar. Volvía Leo tras un mes ausente por lesión y
no tardó en demostrar quién manda en el planeta fútbol. El rey había vuelto y
dejó su impronta ante una enfervorecida afición culé. Pudo hacer más goles, pero
su compatriota Lux fue el mejor de los blanquiazules y detuvo todo lo que el
rosarino le lanzó, así como varios disparos del desafortunado Paco Alcácer, que rondó su primer gol
como barcelonista, pero sus tres intentos se quedaron en eso. Esperemos que pronto acabe la maldición del ex valencianista, quizás en la próxima jornada contra los chés.
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