El FC Barcelona cayó en el Bernabéu ante el Madrid por 2-1, en un partido en el que los merengues fueron muy
superiores a un Barça que salió atolondrado, y que regaló la primera media hora
a su rival. Ahí anotó el equipo de Mourinho
sus dos tantos (Higuaín y Cristiano), que pudieron ser muchos
más, de no ser por un inspirado Valdés
que detuvo varios mano a mano a los delanteros blancos, en especial al “Pipa”,
compensando, en parte, el obsequio que le hizo a Di María en el Camp Nou.
Con Alves lesionado en el calentamiento, la
inclusión de Adriano, a lateral
cambiado, no dio los frutos deseados, la defensa de cuatro no se compenetró en
absoluto. La pifió Mascherano, no
anduvo fino Piqué, y por si fuera poco el brasileño fue expulsado tras hacer
falta a Cristiano, siendo el último defensor. Cuando quisieron espabilar los
culés perdían dos a cero.
Curiosamente el
Barça jugó mejor con diez que con once, así en el último minuto de la primera
parte un golazo de falta directa de Messi,
acortaba distancias en el marcador. En la reanudación, los blaugranas con uno
menos se hicieron amos del balón y el Madrid volvió a ser el Madrid de cuando
se enfrenta al Barça, tímido, apocado y cagón. Los de Tito pusieron el juego y
las ocasiones, los diez valientes lo intentaron hasta el final, incluso Leo
pudo marcar en el 90, pero el resultado ya no se movió y la Supercopa se quedó
en la capital. El Barça felicitó a los contrincantes, se quedó sobre el césped
para la entrega del título y no se oyó a Vilanova, ni a su segundo llorar en la
sala de prensa. Esto es lo que hace el FC Barcelona, y al Madrid le queda su “señorío”.