CEUTA: 2 MARES, 2 CONTINENTES Y 5 CHICHARROS

Con ese lema en sus camisetas se presentó el Ceuta en el Camp Nou, bueno, los 5 chicharros le fueron cayendo paulatinamente a lo largo del partido, por obra y gracia de cuatro canteranos culés y de Milito. El buen central argentino materializó la secuencia: gol, lesión y mala planificación. Todo seguido y “de un tirón”, nunca mejor dicho. En la cuestión de la mala planificación no tuvo culpa alguna, la falta de zagueros es imputable a la junta directiva. Así, nos encontramos ante la primera contingencia debido a la escasez de centrales, con Piqué sancionado y Milito con una lesión de isquiotibiales, queda Puyol sólo ante el peligro para recibir el sábado al submarino amarillo. Guardiola probablemente ubicará a Abidal, pero miedo dan los precedentes ante Hércules y Mallorca con el francés en esa posición.

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Pero la problemática no acaba ahí, lo de Piqué podría ser peor, se puede perder "el clásico", por acumulación de amonestaciones, ahora mismo suma cuatro amarillas. Y no sólo eso, mirando más allá en el horizonte, si se avanza hasta las rondas finales de Champions, volverán las cuitas cuando falten Puyi o Piqué por tarjetas. Todo ello por la falta de previsión y la ausencia de fichajes en esa posición, tan vital y que tanto ha consolidado defensivamente a este gran Barça. Y sí, es probable que con Bartra y Fontás se tengan unos garantes de lujo, pero sólo es posible, no hay datos empíricos contra equipos grandes.

En cuanto al partido se refiere, no tuvo mucha historia, puesto que a los 7 minutos, Nolito y Milito ya habían sentenciado la eliminatoria copera, si no lo estaba ya desde el encuentro de ida disputado en Ceuta. Pero se volvió a constatar que hay muy buenos mimbres en la cantera azulgrana, con Bartra, Thiago y Nolito, imperiales en sus respectivas demarcaciones, sobre todo el exquisito hispano-brasileño. La “manita” la redondearon Pedro, Bojan, (por fin marcó el de Linyola, que previamente había lanzado un penalti al poste) y Messi, para dejar un buen sabor de boca a los 40.000 valientes que asistieron al Estadi un miércoles y a esas horas intempestivas.