Puede
ser hasta certero el discurso de Xavi, cuando habla de que la próxima
temporada, al estar el Barça canino, no va a poder competir con los grandes del
continente, ni en el campeonato doméstico ni el europeo, pero de ahí a que el Almería,
el último de la tabla, te plante cara, sea mejor que tú, y hasta tenga
ocasiones más claras, eso ya no se sostiene tanto. Eso sí, en un par de fogonazos
tienes un canterano que te saca las castañas del fuego, con dos remates acertados,
que vienen a significar una victoria por 0-2. Eso sí, ante un conjunto ya
descendido, que no ha ganado ni un solo partido en su casa en toda la temporada,
pues no tiene mucho mérito ni tan siquiera da para sacar pecho.
Y
así fue la UD Almería hizo méritos para sacar un mejor resultado en su Power
Horse Stadium, de hecho, le puso más ganas y más intensidad que los
azulgranas. Pero su falta de puntería y de acierto explican bien a las claras
porque están en Segunda División desde hace varias jornadas, y es que Leo Batistao
y el Choco Lozano tuvieron disparos mano a mano contra Ter Stegen
y las tiraron fuera, cuando era más fácil marcar que lo que hicieron. El que no
falló fue Fermín, que fue de largo el mejor del partido, el más generoso
en el esfuerzo, el que más se ofreció y el que tuvo más llegada, mejores
ocasiones de gol y el único que vio portería de todos los que disputaron este
partido. Su doblete permite al Barça apuntalar la segunda posición en la liga,
que es lo único que les queda a los catalanes por pelear.
La
displicencia culé se apreció en todas las líneas de juego, especialmente se
acentuó con el primer gol de Fermín a los tres minutos, a partir de ahí parecía
que el 0-1 era el tanto de la victoria, porque los visitantes se mostraron desganados,
lentos, apáticos y con excesiva relajación para lo corto del resultado. Monopolizando
el control del esférico, pero sin profundidad alguna, como si el fin último
fuese sobar la pelota, sin disparar, y aburrir a las ovejas. Lamine Yamal
no tuvo el día, y salvo un caño espectacular y un disparo al palo, se unió al
resto. Solo Fermín y el buen hacer de Héctor Fort, que asistió en el
primero e inició la jugada del segundo, se salvaron de la quema.
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