sábado, 9 de marzo de 2024

El Mallorca complica al Barça en el Olimpic

 

Se nos acaban los calificativos negativos para este FC Barcelona, ante el Mallorca podríamos volver a reiterar los: gris, flojo, apático… hablar de espesura, indolencia… pero claro si esto ya venía siendo habitual en los últimos tiempos, imagínense ahora sin los teóricos titulares en la medular (Gavi, Pedri y De Jong). Al final les sacó las castañas del fuego un niño de 16 años, que en la segunda mitad se echó el equipo a la espalda y tiró del carro como un veterano. Y es que a Lamine Yamal le ha llegado la madurez obligatoria, porque las vacas sagradas no dan de sí lo que se les presupone, ni por categoría y ni por salario. Y el chaval tiene que hacerlo todo, guisárselo y comérselo, soltando un delicioso disparo con rosca que se cuela por la escuadra para dar los tres puntos a los suyos.




También hay que poner en valor el planteamiento de Javier Aguirre, los bermellones conforman una roca de granito, difícilmente penetrable. De ahí que nadie se pueda sorprender de su presencia en la final de la Copa del Rey, se lo han ganado a pulso. La línea de cinco en la zaga es una muralla, sin fisura alguna, los mediocampistas sobremarcan y no paran de presionar, y hasta el delantero centro, Muriqui, aparece presionando por todas las partes del campo. Si a todo esto le añades poca clarividencia de los de Xavi, ayer sancionado en la grada, pues todo se complica. Si también reservas a tu delantero estrella, Lewandowski, que apareció para recoger el trofeo a mejor jugador de febrero de la liga y se sentó en el banquillo, pues esto tampoco ayuda. Así que lo normal es llegar al descanso con el “cerocerismo” en el marcador. Máxime cuando te pitan un penalti a favor y Gündogan lo falla.

Tras la reanudación el Barça estuvo mejor, parece que cogió las riendas del choque y se notó una leve mejoría, en busca de la victoria. Los azulgranas ya pisaban área rival e inquietaban a la zaga visitante. Sobre todo Lamine, que se vistió de héroe para desbordar en varias ocasiones por el extremo derecho, lanzar un zapatazo al larguero, y ya en el minuto 73 anotar un gol de bella factura, que fue lo único que no pudo parar Rajkovic, y solo acompañó al balón con la mirada hasta que se coló por la mismísima escuadra. Los tres puntos, gracias a él, se quedaban en la Ciudad Condal.

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