Marc Guiu, apunten este nombre, un chaval de 17
años, hizo su debut en primera, pasando del juvenil al primer equipo, y en 33
segundos solucionó al FC Barcelona un partido que tenía atascado y sin
visos de alteración en el marcador. El muchacho de la cantera saltó al césped
del Estadi de Montjuic en el 80 y en apenas medio minuto tuvo tiempo de
lanzar un desmarque a la espalda de los centrales del Athletic Club, acomodarse
el esférico con la zurda, posicionar correctamente el cuerpo y batir a Unai
Simón con la pierna derecha. Llegar y besar el santo, que se suele decir. No
lo olvidará el chico en toda su vida, ni tampoco los culés que veían el partido
de forma condescendiente con los suyos, dado el elevado numero de bajas en la
plantilla.
La plaga de lesiones que azota al Barça
hizo que Xavi dispusiese un once de circunstancias, con Fermín de
falso nueve. Los azulgranas se atascaban en la creación y los bilbaínos se mostraban
regios en la zaga y con mucha presión de su medular. Gundogan no veía espacios
y a Romeu le costaba sacarla jugada. Aún así los locales pudieron
inaugurar el marcador con un zapatazo de Joao Félix que rozó el
larguero. El portugués, dadas las ausencias en ataque, tiró del carro y fue el
mejor de los suyos. Los leones también pegaban zarpazos de la mano de los
hermanos Williams, pudiendo haber adelantado a los rojiblancos si no
fuese porque Ter Stegen estaba inspirado. Unai Simón estuvo al nivel del
alemán y paró mucho y bien, haciéndose enorme ante los disparos de los culés.
Tras la reanudación el decorado no cambió,
escaso fútbol y alguna que otra ocasión de gol, pero el duelo parecía
encaminado al empate sin goles. Entró Lamine Yamal, pero no fue el
elemento alterador de otras veces, aunque sí tuvo el gol en un tiro que falló
por poco. Y aunque el Barcelona no estaba en modo acoso y derribo, a los de Valverde
parecía que se les estaba haciendo largo el encuentro. Hasta que Marc Guiu en
su debut con el Barça marcaba de forma espectacular. Frenkie de Jong y Lewandowski,
desde la grada, no podían parar de sonreír de felicidad. Un tanto que sabe a gloria,
por los tres puntos, porque se sitúan a uno del Madrid, y lo esperan el sábado
próximo en el clásico.
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